LUNES, Trigésimo cuarta Semana del Tiempo Ordinario, 24 de Noviembre (ciclo c)

SANTO DEL DÍA

Hoy la Iglesia recuerda como memoria obligatoria los ciento diecisiete mártires que entregaron su vida por defender la fe entre ellos encontramos a vietnamitas, ocho obispos, cincuenta sacerdotes y cincuenta y nueve laicos, sus nacionalidades, vietnamitas, españoles, franceses, dominicos, Sociedad de las Misiones Extranjeras de París, del Clero local, un seminarista, Padres de familia, una madre, catequistas, militares, médicos, un sastre, campesinos, pescadores y jefes de comunidades cristianas, seis de ellos martirizados en el siglo XV y los demás entre 1835 y 1862, fueron decapitados, estrangulados, quemados vivos, descuartizados, otros murieron en prisión por torturas, negándose a renunciar de la fe en Cristo. San Andrés fue uno de los martires más reconocidos, fue un catequista, ordenado años más tarde como sacerdote, también fue martirizado.

Evangelio del día

San Lucas 21, 1-4

En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:

«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor

  • La viudas en los tiempos de Jesús, eran abusadas por su condición de vulnerabilidad, este ejemplo muestra el rechazo de aquellos a quienes deciden servir con entrega total a Dios, sus acciones serán vistas como insignificantes para muchos pero su valor será reconocido por Dios quien escudriña las intenciones y los corazones.
  • ¿Nuestra vida refleja lo que realmente somos?¿existe cierto afán por mostrar a los demás nuestras cualidades sin enseñar también nuestras miserias, pecados y defectos? ¿nuestra imagen y lo que piensen de nosotros es prioridad en nuestra vida? O damos a conocer nuestras verdades sin temor hacer cuestionados, rechazados sabiendo que quien obra con honestidad es bien visto por nuestro Señor Jesucristo.
  • La generosidad en estos tiempos esta unida a las apariencias, a la falsa humildad, a ser reconocidos en redes sociales, toda generosidad impartida hoy tiene intereses personales, la fe en cambio me permite observar lo que si es agradable ante los ojos de Dios y es donarnos sin reservas con alegría, dándolo todo, sin recompensa alguna, esta es la verdadera generosidad que Jesucristo nos invita a practicar.”Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevar contigo nada de lo que has recibido, solamente lo que has dado: un corazón enriquecido por el servicio honesto, el amor, el sacrificio y el valor.” San Francisco de Asís.

PRÁCTICA DIARIA

  • Ser generosos compartir con nuestros hermanos necesitados de lo que tenemos en nuestros hogares.
  • Los mártires nos enseñan que la única ganancia es Jesucristo, perder la vida terrena por Él es ganar la vida eterna.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *