
SANTO DEL DÍA
SANTA MARIA BERTILA (1888-1922)
Santa María su nombre Anna Francesca Boscardín nació en Brendola (municipio de Italia), sus Padres eran campesinos, fue muy poco a estudiar pues desde temprana edad trabajo en casas de familia, le gustaba la vida misionera, así que sirvió como catequista desde su parroquia haciendo parte de la Unión de las Hijas de María, poseía una espiritualidad mariana, años más tarde ingresó como religiosa de las Maestras de Santa Dorotea, Hijas de los Sagrados Corazones, y tomó el nombre de María Bertila. En el convento le encargaron los oficios de la cocina, pues era una tarea en la que se desenvolvía muy bien. Tiempo después fue enviada a Treviso a un hospital infantil, y al iniciar la I Guerra Mundial fue enviada a Como desempeñándose como enfermera, fue un cargo en él que enseñó a muchos la fe, luego fue operada de un tumor cerebral tres años después, dejó un escrito antes de su muerte que se llamó “Diario espiritual”. Debido a su pésima salud, muere en un quirófano, fueron muchos los que la recordaron por sus enseñanzas.
Evangelio del día
San Lucas 12,13-21
En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».
Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».
Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.
Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.
Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- ¿Cuál es nuestra actitud frente al dinero y a los bienes materiales? ¿Hemos puesto nuestra seguridad y confianza en el dinero? Para aquel hombre rico las riquezas eran su razón o propósito para existir en esta tierra, tenía un desequilibrio que lo llevó a convertirse en una persona codiciosa e idolatra. Muchas veces pensamos que las riquezas o hacer dinero es malo, no lo es, lo que si es malo es que el dinero nos hace revelar nuestra mezquindad, nuestra falta de generosidad, nos asustamos por decirlo así, y nos volvemos malos administradores de aquellas bendiciones que hemos recibido.
- Las riquezas deben ser un medio no un fin, nuestro fin debe basarse exclusivamente en alcanzar la vida eterna, ese en nuestro mayor tesoro, pero para llegar a este punto se debe atesorar bienes espirituales, ¿Y como lo hacemos?, solo basta compartir de aquello que hemos obtenido con nuestro esfuerzo y dedicación, pero si al obtener aquellas propiedades, me hace un ser egoísta, entonces esa riqueza me esta dominando y tarde que temprano se convertira en codicia.
- Jesucristo nos invita a enriquecernos más en el Espiritu, a tener una relación sana con el dinero, no es que este sea malo, sino que siempre queremos tener más sin ser generosos, cuantos casos vemos en la actualidad en la que muchos matan por dinero, ocasiona enemistades, abusos, ilegalidades, deshonestidad, muchos santos prefirieron despojarse de una vida material para vivir plenamente la espiritual, pues sabían que nadie puede servir a dos señores al tiempo.
- El dinero nos permite cubrir nuestras necesidades básicas, pero como San Pablo nos enseña “Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.”, así mismo debemos aprender a vivir de la providencia de Dios, si trabajar, si esforzarnos por tener lo que necesitamos, es más debemos aprender agradecer a Dios de lo que nos brinda cada día, solo lo necesario basta para ser felices, “Al conocer lo que Dios nos ha dado, encontraremos muchísimas cosas por las que dar gracias continuamente”. San Bernardo
PRÁCTICA DIARIA
- Vivir con modestia.
- «Jesús mío, mejor hazme morir mil veces antes de que yo haga una única acción para ser vista»
