
SANTO DEL DÍA
SAN BERNARDO TOLOMEI (1272-1348)
San Bernardo nació en Siena, educado en el Colegio de Santo Domingo de Camporeggio, estudió derecho, también atendía por las noches a los enfermos, y en este tiempo contrajo una ceguera grave, años más tarde siendo adulto decidió la vida de ermitaño junto con otros compañeros, se dedicaron a la oración, a la lectio divina y al silencio. Años más tarde fundo la Congregación Olivetana basada en la regla de san Benito, su hábito era de color blanco para manifestar la veneración a María, de ahí nació el monasterio de Santa María de Monte Oliveto Maggiore, que hacia alusión al Monte de los Olivos donde Jesús se retiraba a orar. San Bernardo se convirtió en abad de su mismo monasterio por más de veintiséis años hasta su muerte que resulto del contagio de Peste que por ese entonces asolaba a Siena.
Evangelio del día
San Mateo 20, 1-16a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
“Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido”.
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
“¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”.
Le respondieron:
“Nadie nos ha contratado”.
Él les dijo:
“Id también vosotros a mi viña”.
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz:
“Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo:
“Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”.
Él replicó a uno de ellos:
“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”.
Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- La generosidad divina no la comprendemos, el amor de Dios para con los hombres no podemos entenderlo, es injusto ante nuestros ojos, saber que Dios es misericordioso con aquellos que al final de su vida se han convertido. Esto nos enseña que la salvación es gracia, es un don que se nos da, independientemente de nuestro proceder, está en nosotros recibirlo o no.
- Hoy estamos llamados a confiar en el plan Divino de nuestro Padre Dios, a servir a los demás sin envidiar sus proceso, a ser comprensivos con quienes se equivocan y vuelven al redil, alegrándonos y trabajando cada uno a su ritmo pero siempre con la mirada en el cielo. Practiquemos la generosidad con nuestros hermanos, sabiendo que Dios es generoso con nosotros todos los días de nuestra vida, y recuerda que Dios te ama y te tiene paciencia, espera por ti.
PRÁCTICA DIARIA
- Dar gracias a Dios todos los días por darnos dones y gracias para encontrar el camino hacia Él.
- “Es hermoso morir por amor de Dios y al servicio de los hermanos” nos dice San Bernardo.