MARTES, Vigésima Semana del Tiempo Ordinario, 19 de agosto (ciclo c)

SANTO DEL DÍA

San Juan Eudes nació en Francia, desde niño se reflejaba en él, el amor por Dios, cuando tenia catorce años ingresó al colegio de los jesuitas, pero su padres querían que se casara, él decidió entonces ir al seminario, años más tarde se ordena sacerdote, y comienza a trabajar por los enfermos ya que en Normandía se estaba atravesando por la peste, también comenzó a recoger mujeres de la calle para llevarlas a familias piadosas que las acogían y las motivaban a trabajar en labores decentes, luego después de muchos años con esta gran misión consigue una casa para albergar estas mujeres, después con la ayuda de Magdalena Lamy fundaron una Congregación que se llamó las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio, un año después publicó un libro llamado. “La Devoción al Adorable Corazón de Jesús”, también escribió un tratado sobre “el Admirable Corazón de la Santísima Madre de Dios”, fundó seminarios ,su vida la dedicó al servicio de los pecadores y a convertir almas para Jesucristo, esmerándose también por formar sacerdotes santos.

Evangelio del día

San Mateo 19, 23-30.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos».

Al oírlo, los discípulos dijeron espantados:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».

Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo».

Entonces dijo Pedro a Jesús:
«Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?».

Jesús les dijo:
«En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.

Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos primeros».

Palabra del Señor

  • Jesucristo invita a seguirle sin cargas, cuando la raza humana entienda que es un simple viajero en este mundo sabrá que la única herencia que se debe perseguir será el cielo.
  • Queridos hermanos hoy Jesús nos invita a despojarnos de aquello que nos impide seguirle,. En muchas circunstancias de la vida nos olvidamos que nada de lo que tengamos material en este mundo irá con nosotros después de la muerte, en cambio si nuestra vida tiene como objetivo principal servir como Jesús no lo enseña, ya lo terrenal no tiene valor. Jesús no quiere que seamos flojos, quiere que seamos gente emprendedora pero sin poner en primer lugar nuestras riquezas, saber que lo que tengo también debe beneficiar a los demás, pensando siempre en el bien común.
  • A veces no basta con hacer el bien, debemos ser conscientes que lo hacemos por Jesús y para Jesús, no pensemos que hacer obras de caridad es suficiente para salvarnos, también debemos vivir con modestia, siempre pensando que todo lo que tengo Dios me lo dió y lo debo compartir, las riquezas me absorben y no me dejan perseguir la meta que es vivir con Jesús eternamente, que nuestra visión de mundo no sea terrena sino eterna, bendiciones.

PRÁCTICA DIARIA

  • Regalar algo material que tengo no que me sobre.
  • San Juan Eudes enseña: “Tres cosas se requieren para que haya misericordia. La primera es tener compasión de la miseria del otro, porque es misericordioso quien lleva en el corazón las miserias del miserable. La segunda consiste en tener una voluntad resuelta de ayudarlos en sus miserias. El tercero es pasar de la voluntad a la acción”.

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