LUNES, Decimoséptima Semana del Tiempo Ordinario,28 de julio,(Ciclo c)

SANTO DEL DÍA

San Nazario de Italia, fue hijo de un caballero pagano con mucho dinero, y su madre era una mujer fervorosa, según la tradición se dice que fue bautizado por el papa Lino, sucesor de San Pedro, cuando creció decidió dedicar su vida a salvar almas predicando sin cansancio el nombre de Jesucristo, decía que su prójimo eran sus hermanos, vendió sus pertenencias y las puso al servicio de muchos necesitados, convirtiéndose en un peregrino. Un día el gobernador escucho de él , y decidió arrestarlo para que adorase a sus dioses, pero al negarse lo flagelaron. Un domingo orando en un poblado se le acerco una mujer y pidió le bautizará su hijo Celso y le infundiera la fe, Celso se convirtió en un discípulo para Nazario ambos predicaron, y con su vidas como ejemplos anunciaron a Cristo, hicieron milagros, tiempo después los encarcelaron, y luego huyeron a Milán, nuevamente siendo encarcelados a causa de la evangelización, los decapitaron en la plaza mayor de Milán. 

Evangelio del día

San Mateo 13, 31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros a anidar en sus ramas».

Les dijo otra parábola:
«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta para que todo fermenta».

Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».

Palabra del Señor

  • Dios siempre se ha manifestado en lo sencillo, en lo pequeño, porque así le ha parecido bien. Las dos parábolas de hoy, la de la semilla de mostaza y la levadura del pan, nos hacen entender, que Dios nos elige, para un proyecto grande, salvarnos y ayudar a salvar.
  • El estilo de Dios es simple, no irrumpe con cosas espectaculares, sino a modo de semilla que brota, que germina, y que se convierte en una planta que da protección a otros. La levadura que fermenta la masa silenciosamente y la convierte en pan, para alimentar a nuestros hermanos y la creación.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Elevemos una oración de gracias por la vocación que desempeño en el mundo.
  • San Nazario y Celso nos enseñan que donar la vida por Jesucristo es un fruto de su gracia.

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