
SANTO DEL DÍA
SANTA ISABEL DE PORTUGAL (1271- 1336)
Santa Isabel nació en Aragón (España), fue educada en la piedad y en la oración perseverante, se casó a sus 12 años con el Rey Dionisio de Portugal, un hombre de escasa moral, que le maltrataba constantemente, está sería su cruz y la supo llevar, cada día ofrecía sacrificios, oraciones por su esposo, lo trataba siempre con inmensa bondad, tuvo dos hijos con él y llegó a criar hasta los hijos que tenía con otras mujeres, el Rey le permitía llevar su vida cristiana pues la admiraba por su esmero por encargarse de las cosas del palacio. Creo hospitales, albergues, repartía limosna y ayudaba a los pobres dándoles las monedas a escondidas del rey, un día su esposo sospecho de lo que hacía y al reclamarle porque regalaba las monedas, él le dijo muéstrame que llevas ahí, pero estas se convirtieron en rosas. Uno de sus hijos que se llamaba Alfonso sintió envidia por el amor que su esposo Dionisio mostraba a sus otros hijos, y en muchas ocasiones le propuso la guerra a su Padre, Santa Isabel oraba en penitencia por la reconciliación de su hijo y esposo, y una y otra vez impedía los conflictos entre ellos, poniéndose en medio de la batalla se arrodillaba y evitaba el enfrentamiento. Después años más tardes su esposo murió arrepentido y ella viajo a Santiago de Compostela, estudiando la vida de santos, fundó el convento las Clarisas porque sentía una gran admiración por Santa Clara que era amante de la Eucaristía, después decide emprender un viaje para lograr la paz entre su hijo y yerno, muere en el convento que ella misma fundó en su viudez invocando el nombre de la Santísima Virgen que le había ayudado a interceder en tantas batallas.
Evangelio del día
San Mateo (9,9-13)
En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Jesucristo se enternece por nuestras fragilidades, Él llama a quien quiere sin importar sus pecados porque vino a salvar. Este llamado de sígueme, es para todos, para aquellos que se sienten solos, tristes, sin esperanza, para aquellos necesitados de la gracia de Dios.
- En nuestra vida es fácil excluir y rechazar a quienes consideramos no dignos de estar en nuestra comunidad, Iglesia, Parroquia, solo porque piensa diferente, porque viste diferente, somos en ocasiones duros con nuestras actitudes, que alejan a quienes quieren encontrarse con el Señor, en cambio, hoy el Señor nos invita a tener misericordia y acoger aquellos que se han equivocado, nos enseña que nuestra misión es lograr que muchos se dejen cautivar por su amor incondicional, un amor que no exige, que no es interesado, que no se fija en el pecado sino en el pecador.
- Debemos entonces reconocer la dignidad de cada persona, sin mirar su pasado, sin etiquetas, abramos los brazos a todo aquel que quiera tener la experiencia de sentirse amado por el Padre Dios, seamos una Iglesia que abre las puertas no para condenar, sino para levantar, convertir y transformar, para sanar corazones que estén dispuesto a llenarse del amor de Dios.
PRÁCTICA DIARIA
- Invitar a un amigo (a) que no haya tenido la experiencia de ir a misa, motivarlo para que busque a Dios atraves de la Eucaristía.
- Santa Isabel de Portugal nos enseña “La verdadera riqueza está en ayudar a los más necesitados.”: