MIERCOLES, Décimotercera Semana del Tiempo Ordinario,02 de julio,(Ciclo c)

SANTO DEL DÍA

San Bernardino Realino nació en Carpi, ducado de Módena, Italia. Su familia pertenecía a la nobleza provinciana. La educación del pequeño Bernardino estuvo confiada a su madre, Isabel Bellantini. Fue bautizado en la fiesta de la Inmaculada Concepción. Bernardino era un niño siempre afable y risueño con todos. Su madre murió cuando él todavía era muy joven, En Bolonia termina sus estudios de filosofía. Hizo poesías. Llevó un diario íntimo como todos, y se enamoró como cualquier bachiller del siglo XX de una joven culta y piadosa. Le parece la mujer ideal para formar su propio hogar. Esta mujer se llamaba Clorinda, Bernardino tenía proyectado graduarse en Medicina. Pero a Clorinda no le gustaba, y él se sometió dócilmente a los deseos de ella. Había que cambiar de carrera y comenzar la de Derecho, al graduarse, es nombrado podestá, o sea alcalde, de Felizzano. Del gobierno de esta pequeña ciudad pasó al cargo de abogado fiscal de Alessandría, en el Piamonte. Después se le nombró alcalde de Cassine, De Cassine pasó a Castel Leone, tiempo después muere Clorinda, sintió el llamado a ingresar a la Compañía de Jesús después de oír la predicación de un Jesuita, siguió estudiando la teología y al mismo tiempo desempeñó el delicado cargo de maestro de novicios. Años después en Nápoles permaneció tres años ocupado en los ministerios sacerdotales como director de la Congregación, recogiendo a los pillos del puerto, visitando las cárceles y adoctrinando a los esclavos turcos de las galeras españolas. Pero en los planes de Dios era otra la ciudad donde iba a desarrollar su apostolado sacerdotal. El padre Realino era el superior de la nueva casa profesa. En cuanto llegó puso manos a la obra de la construcción de la iglesia de Jesús y a los dos años la tenía terminada. Otros seis años, y se inauguraba el colegio, del cual era nombrado primer rector el mismo Santo, los superiores deciden enviarlo a otro lugar, pero una altísima fiebre misteriosa se apoderaba de él y le postraba en cama hasta tanto se revocaba la orden, en una Navidad la Virgen se le aparece con el niño en su habitación, y así en muchas ocasiones, muere tiempo después.

Evangelio del día

San Mateo 8,28-34

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos.

Desde el sepulcro dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.

Y le dijeron a gritos:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?».

A cierta distancia, una gran piara de cerdos estaba paciendo. Los demonios le rogaron:
«Si nos echas, mándanos a la piara».

Jesús les dijo:
«Id».

Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo al mar y se murieron en las aguas.

Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados.

Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

Palabra del Señor

  • Jesús al llegar a la región de los Gadarenos tenía una intención puntual, darse a conocer a quienes habían querido estar lejos de la presencia de Dios. Jesús nos invita a renunciar a la vida antigua para nuestra plena libertad, quiere que no caminemos en este mundo sometidos por el pecado que enceguece nuestro andar y nos impide verlo y reconocerlo, pero muchas veces queremos confiar en nuestras propias fuerzas ignorando a quien ofrece la verdadera felicidad, quizás nos valla bien pero no somos felices, porque vamos sin rumbo fijo, pensando que todo acaba con la muerte, y es ahí donde Jesús quiere enseñarnos que sin él nada podemos hacer.
  • El miedo a experimentar el amor de Jesucristo, a ser juzgados por nuestro mal proceder es quizás los factores que nos hacen perder la oportunidad de cambiar y conocer la gran misericordia que Dios nos tiene, a Jesús no le importa nuestro pasado a él le interesa nuestro presente, quiere limpiar nuestras impurezas, y darnos vida, para que podamos servirle y amarle por la eternidad; ¿ Cuantas veces has intentado iniciar el camino de la conversión? ¿A quiénes has rechazado con tal de no iniciar una vida en Jesús?¿ Te ha llamado Cristo en las oscuridades de tu alma, y te ha levantado una y otra vez para que le reconozcas y lo hagas parte de tu vida?, no olvidemos que Jesucristo Escudriña nuestro interior, conoce detalladamente tus intenciones, y él siempre buscara el momento exacto para que lo aceptes en tu vida y seas liberado de la esclavitud del pecado.

PRÁCTICA DIARIA

  • Visitar un hogar y llevarle el mensaje de salvación si se rehúsa, orar por ellos.
  • San Bernardino nos dice: “No encuentro otro consuelo sino en Dios. Me entrego a su divina voluntad. El procura el bien de sus creaturas, aunque nosotros nos inclinemos a otros bienes.

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