LUNES, Quinta Semana de Pascua, 19 de mayo, (Ciclo C)

SANTO DEL DÍA

San María Bernarda nació en Auw, en el Cantón de Argovia, Suiza, sus padres eran humildes campesinos y cristianos ejemplares, educaron a sus hijos en la piedad a Dios. María Bernarda era alegre, inteligente, generosa y amante de la naturaleza, su devoción a la Eucaristía formó su espiritualidad, se dedicó al trabajo agrícola en su juventud, experimentando también el afecto por un joven del cual se enamoró, pero sintiendo también la llamada de Dios, tiempo después se entregó completamente a su Señor, el trabajo, la oración, el apostolado en la parroquia, mantuvieron vivo en ella el deseo de la vida consagrada, con la ayuda del párroco entró en el Monasterio franciscano de María Auxiliadora en Altstätten, vistió el hábito franciscano, tomando el nombre de Sor María Bernarda del Sagrado Corazón de María, tiempo después partieron para el Ecuador, ella y su compañeras, para el anuncio del Evangelio, fundaron una nueva Congregación religiosa, la de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, la nueva Congregación franciscana creció en número y se fundaron las dos Casas filiales de Santa Ana y de Canoa, su vida fue sufrida perdonando de corazón y orando por aquellos que la hacían sufrir, ya debían salir del Ecuador y se dirigieron a Cartagena, recibidas paternalmente por el Obispo. Encontraron alojamiento en un ala del hospital femenino, llamado comúnmente «Obra Pía», muere a la edad de setenta y seis años, presa de punzantes dolores hipogástrico, y con un legado de servicio a sus semejantes.

Evangelio del día

San Juan 14, 21-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Le dijo Judas, no el Iscariote:
«Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»

Respondió Jesús y le dijo:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.

El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.

Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».

Palabra del Señor

  • El misterio de la presencia de Dios en el alma es lo que Jesucristo hoy nos quiere revelar, nos hacemos así mismo templos del Espiritu Santo, si obedecemos a su Palabra , si la vivimos, hacerla un Evangelio vivo, un testimonio profundo de que Dios habita en nuestro interior.
  • Si no nos negamos al accionar del Santo Espiritu, la gracia de Dios permanecerá en nosotros, seremos su morada, debemos dejar que se acerque, dejar a un lado nuestra independencia de Dios, y saber que necesitar del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo es como un ADN, del cuál nunca nos podremos desprender.
  • La Palabra de Dios nos muestra el camino al Padre, y para llegar allá debemos amar, permanecer en el amor de Dios, para experimentarla presencia del Padre basta experimentar su amor, esta promesa de Jesucristo debe ser actualizada cada día en nuestro diario vivir.

PRÁCTICA DIARIA

  • Invocar la presencia del Espiritu Santo para que nos transforme a imagen de la persona de Jesucristo viviendo y permaneciendo en el amor.
  • Santa María Bernarda decía: “Mi vivir es el Evangelio”

1 comentario en “LUNES, Quinta Semana de Pascua, 19 de mayo, (Ciclo C)”

  1. Carmen Amanda Sánchez Avila

    Que debemos orar siempre para que la gracia del Espíritu Santo reine en nuestros corazones y seamos templos llenos de amor y testimonio a través de los mandamientos de Dios para tener misericordia y caridad hacia el prójimo.

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