
SANTO DEL DÍA
SAN PATRICIO (387-461)
San Patricio Escocia, nace en Bennhaven Taberniae (No se encuentra en los mapas), su Padre fue diácono y oficial del ejército romano, su Madre era familia de San Martin de Tours, de edad muy joven cayó prisionero de piratas para ser vendido como esclavo, cuidaba ovejas e intento escapar de la prisión pero no lograba salir de aquel lugar, él como no conocía a Dios profundamente era indiferente a la Iglesia, pero al encontrarse en solitario oraba muy constante, llegó hacer hasta cien oraciones al día, tiempo después tuvo un sueño en él que escapaba y encontraba un barco en la costa, este sueño lo hizo realidad, se escapó y luego se dirigió a la costa pero el Señor del barco no lo quiso transportar gratis, de tanto insistir y orar él lo llevó a Francia pero el viaje estuvo lleno de tormentas peligrosas, que los hicieron dirigirse a un lugar deshabitado, allí pasaron hambre sin encontrar a nadie, entonces el jefe del barco le dijo que implorara San Patricio a Dios para que pudieran tener alimentos, él oro fervorosamente y al instante vieron pasar una piara de cerdos , allí se saciaron todos hasta los perros que llevaban, con el tiempo San Patricio comenzó a tener visiones de voces que clamaban su ayuda, se quedó algunos años en Francia y luego inicio su evangelización en Irlanda donde fue ordenado sacerdote, luego el Pontífice, San Germán de Auxerre consagró obispo a Patricio y fundó el monasterio de Saúl.
Evangelio del día
San Lucas 6, 36-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- ¿Alguna vez has recibido una segunda oportunidad de parte de Dios?, creería que todos, en algún momento de nuestra existencia hemos sentido la misericordia y compasión de Dios, que se manifiesta incluso si hemos pecado, si hemos cometido algún error, pero el Evangelio hoy nos invita no solo a recibir esta misericordia, sino que nos llama a ponerla en práctica con aquellos que están en una situación de vulnerabilidad. Este acto nos enseña a mirar el mundo con el corazón, a mirar las miserias con compasión, a entender que debemos perdonar siempre a cualquier persona, pues está puede llevar una carga que solo Dios ve.
- Debemos conocer el peligro al que nos exponemos cuando juzgamos, cuando condenamos, pues no podemos hacer juicios a nadie, pues también tenemos pecados que serán juzgados por Dios, nuestra actitud con quien falla es de compasión y empatía, sabiendo que todos en alguna circunstancia podemos caer.
- De alguna manera cada gesto que tengamos con nuestros hermanos vendrá a nosotros como un principio reciproco, todo lo que haga con los demás vendrá a mi en diferentes formas, es por eso que medir a alguien a nuestro antojo, y utilizando la murmuración, debemos tener cuidado todo absolutamente todo se devuelve, y más si actúas con maldad.
PRÁCTICA DIARIA
- Dejar a un lado la murmuración de vidas ajenas, evadir el tema a quien quiera desviarme de la misericordia y el amor que Dios me profesa.
- San Patricio nos enseña: “Yo era como una piedra en una profunda mina; y aquel que es poderoso vino, y en su misericordia, me levantó y me puso sobre una pared.”