SABADO,-15 de Febrero-Quinta Semana del Tiempo Ordinario (ciclo C)-2025

SANTO DEL DÍA

San Claudio nace en Lyon (Francia), su familia fue muy piadosa y de buen modo, estudió en un colegio de Padres Jesuitas y ahí comenzó a inclinarse por la vida religiosa, tiempo después ingreso a la Orden de los Jesuitas en Avignon dando clases por algunos años. Fue un gran orador impresionaba a cuantos le escuchaban, tenía una gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús, al cumplir la edad de treinta y tres años decide comenzar una vida más espiritual en la oración, catequesis, llevando a muchas personas por el camino de la santidad. Años más tarde fue nombrado superior del colegio de los jesuitas en Paray le Monial, la ciudad donde vivía Santa Margarita, esta santa tenía visiones sobre el Sagrado Corazón de Jesús, pedía a Dios para que llegará un santo sacerdote y comprendiera su vida mística y fue San Claudio su director espiritual quien la animo y la comprendió en confesión sobre lo que le sucedía, y también ayudó para expandir la devoción del Sagrado Corazón de Jesús. Al ser enviado a Inglaterra logra muchas conversiones de protestantes al catolicismo, tanto así que las calumnias de muchos lo llevaron preso y allí tuvo muchos quebrantos de salud, el rey Luis XIV intercedió para que no lo mataran en aquel lugar, tiempo después muere Santa Margarita por medio de revelaciones supo de su muerte.

Evangelio del día

San Marcos 8,1-10

Por aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos».

Le replicaron sus discípulos:
«¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos?».

Él les preguntó:
«¿Cuántos panes tenéis?».

Ellos contestaron:
«Siete».

Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.

Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también.

La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil y los despidió; y enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

Palabra del Señor

MEDITACIÓN

  • En este mundo en el que vivimos si compartiéramos más abundarían las cosas, Jesucristo hoy en el evangelio nos invita a donarnos desde adentro, esto es decir desde lo que tenemos, no necesitamos buscar afuera de nuestro entorno, soy yo quien debe iniciar siendo generoso para que las bendiciones de Dios sobreabunden, he escuchado decir a muchos, “Donde esta Dios que hay tanta pobreza en el mundo”, o visto en diferentes pueblos de mi País la gente sin nada que comer, pero es que estamos viendo la necesidad en frente y en ves de actuar, nos hacemos los ciegos y sordos, Jesucristo nos invita a ser más optimistas a donarnos hasta el extremo, a no buscar obstáculos para saber lo que debo hacer como cristiano y como hijo de Dios.
  • Pregúntate en este día, ¿Qué hago por los problemas de la humanidad? ¿Qué estoy haciendo para saciar el hambre espiritual, corporal, de tantas personas?, a veces pensamos que dar de comer es suficiente, también amar, dar un buen consejo, orientar , estamos multiplicando el mensaje de Jesús.
  • Este milagro de Jesucristo con la multiplicación del alimento, nos debe motivar a interesarnos por el bienestar integral de nuestros hermanos, no solo corporal y físico, sino espiritual, ¿Con cuantos panes cuentas para construir el reino de Dios? ¿Estás sobrado con las cosas materiales, y sigues indiferente ante tanta necesidad?, debemos acoger a tantos que necesitan , a confiar en Dios al hacer la caridad, sabiendo que su gracia se multiplica, siempre y cuando tengamos fe.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Invitar con alegría a un necesitado y brindarle una comida y una charla.
  • San Claudio me enseña a tener devoción por el sagrado corazón de Jesús.

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