MIERCOLES, Tercera Semana de Adviento -18 de Diciembre, 2024

SANTO DEL DÍA

la Iglesia celebra a la Madre de Dios bajo la advocación de la “Virgen de la Esperanza”, conocida popularmente como la “Virgen de la O”. “Madre del Adviento”, porque Ella nos enseña a esperar con paciencia en Dios, esperar en sus promesas, Ella, que vivió “la dulce espera”, sin miedo, sin angustia o ansiedad, nos da ejemplo de confianza en el Altísimo. La advocación de la “Virgen de la O” tiene su origen en una antigua tradición inspirada en la Liturgia de las Horas, durante el décimo concilio de Toledo (España), se instituyó la fiesta mariana de la “expectación del parto” o “de la espera”. Esta fue fijada una semana antes de la Navidad.

Evangelio del día

San Mateo 1, 18-24

La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrán por nombre Emmanuel,
que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer..

Palabra del Señor

  • El hombre necesita de una motivación para arriesgarse y dejarse guiar por el Espiritu de la verdad, necesita la fe para tener confianza y hacer la voluntad de Dios que lo sumerge en su plan salvífico, y le enseña a confiar de manera humilde y obediente en aquel que ha trazado una historia para su vida.
  • El hombre envuelto en la confusión toma caminos equivocados, pero quienes son sensibles al llamado de Dios pueden escuchar su voz desde lo más intimo de su corazón, pueden dejarse guiar por el Espiritu Santo y cumplir grandes propósito en esta tierra, cada persona tiene una misión nadie esta exento de ella, en ocasiones el miedo a ser señalados nos limita a seguir a Cristo pensamos que Dios busca gente perfecta, pero que equivocados estamos Dios hace su obra incluso en el desapercibido, en el humilde, en el sencillo, José era un hombre del común un humilde carpintero, pero Dios le dió el privilegio de ser el Padre de su hijo y no sólo esto sino de ayudar en la misión que se le había confiado a María, como José seamos instrumentos en los que Dios haga su voluntad para el bien de los demás.
  • Ya nos estamos acercando a la venida de Jesucristo, su venida al fin de nuestra historia, y debemos ir disponiendo nuestro corazón a su encuentro, hoy San José nos enseña que se debe confiar incluso ante aquellas situaciones que son incomprensibles, cuando crees en las promesas de Dios debes ser consiente que sus caminos no son tus caminos, nuestra vida de creyentes exige desafíos, fe firme y esperanza, José mediante un sueño se le relevo lo que Dios quería, cuan difícil fue este momento para este hombre pero al ser justo acoge la palabra, como él busquemos ser rectos buscando siempre ser obedientes al llamado de Dios.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Como José siempre hagamos lo recto y lo justo este será el camino que nos conduce al Padre Celestial.
  • La Virgen de la Esperanza nos enseña a esperar y confiar en quién es dueño de todo y de todos Dios Altísimo.

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