
SANTO DEL DÍA
SAN DÁMASO I (305-384)
San Dámaso nació en España, en el pontificado del Papa Liberio fue diácono de Roma, su pontificado duró dieciocho años, trabajó arduamente en mantener a la iglesia unida a la doctrina impartida por Pedro, además hubo una serie de ritos, oraciones, predicaciones, con instituciones litúrgicas y catequesis que fomentaron la vida cristiana entre ella la conocida Frase en nuestras practicas piadosas “Gloria al Padre al Hijo y al Espiritu Santo”, este Santo participo en la revisión de la Biblia que fue traducida al Latín y su secretario privado fue San Jerónimo quien llevó a cabo esta importantísima tarea. Muere a sus ochenta y ocho años.
Evangelio del día
San Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Jesús siempre está haciendo una invitación para los hombres, “venid”, y esta vez la hace a quienes sufren, y se encuentran angustiados para que compartan con él sus preocupaciones, para que entienda que con su presencia las cargas se hacen más llevaderas, todo se hace liviano.
- Jesucristo no solo invita sino que enseña a que se aprenda de sus hermosas cualidades que emanan de su corazón, la humildad y la mansedumbre, quien está dispuesto a ser evangelizador o testigo suyo debe tomar su cruz de cada día y avanzar sin desfallecer.
- La humildad nos permite entender los designios de Dios, a entender que no hay redención sin cruz, y que las pruebas de esta vida no son más que pulidores de fe que nos hacen más fuertes para llegar al cielo, venimos a este mundo no ha sufrir, sino a cumplir un propósito con toda clase obstáculos que debemos sobrellevar para llevar a cabo nuestro papel de cristianos.
- La paz de Dios y su calma sólo se encontrará cuando nuestra conexión con su corazón lleno de amor sea constante y permanente, es ahí cuando todo con Jesucristo se lleva con amor y alegría, estamos equivocados si pensamos que con nuestras propias fuerzas venceremos el mal, no somos más que instrumentos de Dios y nos movemos por su gracia y voluntad, claro está si queremos hacer el bien, tomemos el ejemplo del Señor para llevar una vida en total santidad, que aunque tropecemos podamos levantarnos y seguir.
PRÁCTICA DIARIA
- Ofrecer cada sufrimiento, dolor, enfermedad, por mi salvación.
- San Dámaso I nos enseña a decir: “Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén”.