
SANTO DEL DÍA
SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS (Siglo IV)
El primer día de noviembre de cada año nuestra Iglesia Católica conmemora la fiesta de todos los santos, cuando el número de mártires creció, se hizo difícil mencionar cada día del año a un santo, así que la Iglesia tomo un día del año para recordar con admiración a todos sin excepción desde los reconocidos hasta los anónimos, este día es muy especial, pues también se comparte la victoria de la obra salvífica de Dios en toda la historia de la humanidad, hoy recordamos con inmensa alegría aquellos que vivieron en este mundo dejando huellas del amor de Dios, y de la gracia que el Maestro proporciona a quienes deciden seguirle. Asimismo se celebra para contrarrestar la fiesta pagana de Samhain (año nuevo celta) que se celebra el día anterior a esta festividad, queridos hermanos estamos llamados a vivir en santidad, a dirigir nuestra mirada al cielo, y vivir en gracia de Dios para que como aquellos seamos reflejos del amor de Dios y podamos mirar nuestra vida en aquellos espejos de santidad.
Evangelio del día
San Mateo 5,1-12
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Dos barqueros borrachos salieron una noche oscura de una fiesta, subiendo a su barca comenzaron a remar, y después de remar por varias horas, al amanecer se dieron cuenta que no habían avanzado ni siquiera un metro, ¿por qué?, porque se les había olvidado desatar la cadena que tenia atada la barca a la muralla del puerto. Así les sucede a quienes desean llegar a la santidad, si se dejan dominar por un gran defecto acabará cometiendo muchas faltas y no les dejará avanzar en dirección al cielo.
- Las bienaventuranzas que Jesucristo nos propone nos ponen en marcha a la santidad, son reglas de oro que nos permiten trabajar por una felicidad, un gozo interior que será prolongado en la eternidad, ¿ cuales son tus aspiraciones en este mundo?¿Esta dentro de tu proyecto de vida alcanzar la santidad?¿Eres feliz, dichoso con lo que haces, con lo que tienes? ¿Cuáles son tus ambiciones? Estás y más preguntas debes hacerte para entender que los hijos de Dios no venimos a tener éxito sino a cumplir un propósito una misión.
- En el mundo en que vivimos nos están enseñando frases como, sino tienes éxito no vales, ya valemos por ser hijos de Dios, la felicidad que ofrece el mundo es efímera, mientras que la que Dios ofrece permanecerá, Jesucristo nos enseña que la santidad se da en lo cotidiano, siendo feliz en nuestro interior, el Papa nos dice: Pero te recuerdo que no serás santo y pleno copiando a otros. Ni siquiera imitar a los santos significa copiar su forma de ser y de vivir la santidad: «Hay testimonios que son útiles para estimularnos y motivarnos, pero no para que tratemos de copiarlos, porque eso hasta podría alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para nosotros». Tú tienes que descubrir quién eres y desarrollar tu forma propia de ser santo, más allá de lo que digan y opinen los demás. Llegar a ser santo es llegar a ser más plenamente tú mismo, a ser ese que Dios quiso soñar y crear, no una fotocopia. Tu vida debe ser un estímulo profético, que impulse a otros, que deje una marca en este mundo, esa marca única que sólo tú podrás dejar. En cambio, si copias, privarás a esta tierra, y también al cielo, de eso que nadie más que tú podrá ofrecer.”
PRÁCTICA DIARIA
- Leer la vida de los santos en especial el santo del día de tu nacimiento.
- “Saber ser hijos de Dios como programa de santidad” Dominicos.