
SANTO DEL DÍA
SAN MAURICIO (+287)
San Mauricio fue un comandante de la Legión Tebana que estaba conformada por cristianos de Egipto, ellos fueron enviados para auxiliar al emperador Maximiano, rehusándose a perseguir cristianos fueron ejecutados, pues los estaban obligando adorar otros dioses romanos pero al negarse fueron martirizados se dice que estos hechos ocurrieron en Agaunum (Suiza) donde hoy en día se encuentra la Abadía de San Mauricio Valais.
Evangelio del día
San Marcos 9,30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- La humildad es sin duda alguna la verdadera grandeza que el Señor habla hoy en el Evangelio, sin la humildad no se puede ver el valor de quienes nos rodean, con esta virtud es posible mirar en los otros cualidades y ver en nosotros nuestras pequeñeces, el servicio nos mantiene en la tónica de la humildad en la que no se trata de poseer más, de ser el mejor, sino en donarse completamente al amor de Dios con respecto a los hermanos.
- En la historia muchas personas con su espíritu de servicio mostraron a la humanidad que la verdadera razón y sentido de vivir no es ocupar lugares, ni puestos, sino acciones heroicas de amor que identifican a un cristiano, como lo fue Santa Teresa de Calcuta, San Francisco de Asís y tantos otros santos que decidieron aplicar la palabra de Dios a su vida ordinaria.
Hoy Jesucristo habla de su pasión, pero tal parece que los discípulos planeaban quien sería el primero, esos eran sus deseos, estaban lejos de la humildad y el servicio que el Maestro les proponía, mientras el hablaba de muerte ellos pensaban en su propio bienestar, que doloroso sería para Jesús esta situación, es increíble, la lógica humana busca poder y riquezas, pero la lógica de Dios se basa en el desprendimiento material.
La ilustración que Jesucristo hace a sus discípulos al tomar el niño tuvo la intención de manifestar la importancia de los más pequeños y vulnerables, este ejemplo invito a la humildad en todo su esplendor.
Este episodio del Evangelio no es irreverente a lo que hoy vivimos en nuestras comunidades, cada vez el prestigio y la fama toman fuerza, pues han sembrado en nosotros que se debe tener y tener, pero Jesucristo enseña otra forma de vivir diferente y acoplada a su proyecto de salvación, no sujeta a nuestras expectativas humanas. Cada vez que intentamos subir y dominar, Jesús nos dice bajar y servir. ¿En este momento de tu vida, cuales son tus deseos más íntimos? ¿Van de acuerdo a la voluntad de Dios o buscan tu propio interés?.
Seguramente muchos de nosotros nos acercamos y servimos a personas que nos pueden hacer favores, diríamos una humildad falsa y un servicio infructuoso, pero hoy el Señor nos invita a mirar en los menos favorecidos, en los menos tenidos en cuenta, es ahí donde su plan de salvación se lleva a cabo, mirar donde otros no han mirado, donde han dejado pasar desapercibido personas y momentos que tienen un valor incalculable, el verdadero sentido de la vida es vivir sirviendo, siempre acompañado de la madre de todas las virtudes la humildad que me caracteriza como seguidor de Cristo.
PRÁCTICA DIARIA
- Indagar sobre la humildad y reflexionar sobre mis acciones pasadas.
- San Mauricio nos enseña que para amar al prójimo se debe buscar el bienestar del mismo.
La umildad nos hace más grandes, el que da recibe y la grandeza del Señor siempre nos acompañará
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