MARTES, Vigésimo Cuarta Semana del Tiempo Ordinario (ciclo b) -17 de Septiembre, 2024

SANTO DEL DÍA

SAN ROBERTO BELARMINO (1542-1621)

San Roberto nació en Toscana Italia en la ciudad de Monteluciano, hijo de la hermana del Papa Marcelo II, desde niño se destaco por ser muy inteligente , tenia una memoria prodigiosa que le permitía recitar textos como si los estuviera leyendo, dejaba admirados a todos con sus palabras. Años más tarde ingresa a la orden de los Jesuitas para no ser nombrado ni obispo ni cardenal debido a que en esta comunidad no se permitía acceder a estos cargos, tenia muy en cuenta el consejo de su Madre de detestar el orgullo y la vanidad, siendo sobrino de un pontífice no abuso de su familiaridad para obtener estos cargos sino que prefirió la humildad. Siendo ordenado sacerdote se destaco por sus hermosas predicaciones a donde acudían muchos creyentes asombrados por sus palabras. Años más tarde el Pontífice de su época le sugirió escribir un catecismo breve para los creyentes, teniendo un gran éxito en su publicación en vida pudo ver veinte ediciones de este catecismo. Tiempo después redacto un libro llamado controversias para enfrentar a aquellos que renegaban de la fe católica, formó en este tema a muchos sacerdotes para que tuvieran argumentos contra los evangélicos, luteranos, protestantes. Luego el Papa lo nombró obispo y cardenal pero el se negó, el Papa le dijo que debía aceptar o sino sería pecado mortal así que aceptando siguió viviendo una vida sencilla, tiempo después muere pidiendo humildemente una ceremonia para su entierro.

Evangelio del día

San Lucas 7,11-17

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.

Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.

Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:
«No llores».

Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».

El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre.

Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios, diciendo:
«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo.»

Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.

Palabra del Señor

MEDITACIÓN

• Hoy Jesucristo movido por la compasión toma la iniciativa de sanar al hijo de la viuda, no hubo peticiones, ni muestras de fe sino solamente un acto de misericordia, esta mujer estaba sola, únicamente tenia a su hijo pero fallecido, no tenia consolación, sus lagrimas enternecen el corazón amante del hijo de Dios e inmediatamente devuelve la vida aquel muchacho, dándole la oportunidad de regresar con su madre.
• Jesucristo se muestra como verdadero Dios, con un milagro revela su autoridad mesiánica, él que es la vida, la resurrección permite el aliento de vida, al hijo de la viuda, Jesús es rico en clemencia con quienes sufren realmente, para él no hay limites sino hechos reales de amor.
• Jesús tiene el poder para levantarnos en los momentos que nuestro ser este muerto y enterrado, sin fe ni esperanza, él nos tiende su mano y nos renueva y da fuerzas para continuar, sólo quiere que nosotros tomemos la iniciativa de buscarle, él siempre esta ahí para escucharnos y reanimarnos. Debemos poner nuestras angustias en sus manos él sabrá permitirnos que nosotros le saquemos el mayor provecho a nuestras penosas realidades.
• En nuestra vida muchas de las veces basta sentirnos frágiles para saber que estamos necesitados de la misericordia de Dios, pero antes debemos reconocerlo como nuestro refugio y baluarte que nos sostiene en las luchas diarias, Jesús nos ofrece una vida eterna junto a él, es por eso que nuestra verdadera angustia sea ganar el cielo, él nos enseño que él es la resurrección y la vida y que solo debemos hacer el bien para ser resucitados en el ultimo día, queridos hermanos tenemos un Dios poderoso que nos mantiene firmes en las tribulaciones, sólo debemos confiar. Tenerle miedo a la muerte o a la soledad no es lo que Jesucristo quiere, él anhela que nuestra esperanza sea él, que como buen pastor nos guiará y dará su protección y su eterna paz, para afrontar cualquier situación de dolor en nuestras vidas.

  PRÁCTICA DIARIA

• Acompañar a quien ha perdido un ser querido, orar y acoger a las viudas.
• San Roberto Belarmino nos dice:” Las Paredes no sufren de frio”