SABADO, Décimocuarta Semana del Tiempo Ordinario (ciclo b) -13 de julio, 2024

SANTO DEL DÍA

SAN ENRIQUE (972-1024)

San Enrique fue un apóstol de la paz en el siglo XI, fue un príncipe e hijo de un duque, se dedicó al cultivo de las letras con la dirección del obispo de Ratisbona, este consagrado forma en San Enrique no solo la inteligencia sino la voluntad, forjando en él un espíritu de piedad y  una educación cristiana sólida. Al fallecer su padre se convierte en duque y en el príncipe con más futuro en Alemania, con un recto carácter y con justicia atiende las necesidades de su pueblo, su gobierno se destaca por ser fuerte y suave al mismo tiempo, su comprensión le permite perdonar, no fui interesado con quien le servía les dió el valor siempre. Años más tarde sucede a Oton III, convirtiéndose en el Emperador Imperial más ideal, en ese tiempo defiende los derechos de Benedicto VIII. Su genio militar le permite triunfar en todas las problemáticas que se le presentan en su gobierno, se convierte en el emperador más respetado en Europa por su fama de buen hombre, fue coronado como rey por el pontífice Romano, y años después muere junto a su esposa, este Emperador sumergido en los asuntos de guerras y problemas públicos llegó a ser santo, solamente por practicar un carácter según la voluntad de Dios dejándose guiar por sus mandatos.

Evangelio del día

San Mateo 10,24-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro y al esclavo como su amo. Si al dueño de casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!
No les tengáis miedo, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos, Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».

Palabra del Señor

  • Jesucristo invita a sus discípulos para que confíen en él , quien decide seguirlo debe esperar la persecución permanente, los motiva y les enseña a no tener miedo con los conflictos a los que se deben enfrentar, pues no hay redención sin cruz, pues los peligros a los que se exponen los seguidores de Jesús son tan grandes que pueden incluso hacerles perder su vida, pero siembra en ellos la valentía que permite entender que más vale perder el cuerpo que el alma que quien muere a causa de Jesús tendrá una herencia eterna que el enemigo no podrá arrebatar. La verdad de Jesús será revelada a todos los confines, su luz brillará en las tinieblas.
  • Jesús recuerda el valor incalculable que tiene la vida en él, como seres creados por Dios, cada ser humano debe responder al llamado que él hace, la vida en Cristo cobra valor, pues la vida terrena depende de él, y nada se hace fuera de su santa voluntad. Jesús también quiere hacer una fuerte advertencia a sus apóstoles y es que si quieren ignorar toda relación con él ante los demás, no serán testigos suyos y el Padre Dios no les reconocerá , pues quien no es capaz de aceptarlo en su vida y defender su verdad no es digno de la vida eterna.
  • El miedo es sin duda alguna un estado que nos petrifica, que no nos deja avanzar y nos impide acercarnos a Jesús con valor, el maligno nos envuelve en una cobardía y pereza espiritual que nos ata al pecado, y nos aleja poco a poco del amor de Dios, en cambio Jesucristo quiere llenar nuestra alma de su paz para que aunque andemos en un valle de oscuridad podamos ser luz para quienes continúan en las tinieblas, no debemos tener miedo a quienes quieren acabar con lo tangible y superficial, pero no pueden destruir lo que Dios ha hecho crecer en nosotros y es la fe. La lucha constante debe centrarse en proclamar y dar a conocer a Jesús hasta donde se nos sea posible sin temor debemos avanzar. Es verdad que los seres humanos tenemos miedo a morir, pero la muerte no es el final de la carrera, si nos esmeramos por conseguir la santidad, sin duda alguna la muerte será una ganancia eterna.
  • El amor que Dios nos recuerda que nuestra vida vale mucho, que debemos cuidarla, pero que más vale nuestra alma, la cual un día estará en su presencia, y es necesario construir en ella un sagrario para Jesús, la fe en Dios debe suscitar en nosotros nuestro proceder hacer el bien, y no solo nos pide Jesús hacer el bien sino anunciar de ese bien a nuestros hermanos para que juntos en perfecta unidad podamos gozar con él en el cielo. ¿En algún momento de tu vida te has avergonzado de reconocer a Jesús, y de darlo a conocer a quienes están a tu alrededor? Somos propiedad de Jesús por ende debemos continuar con su obra salvadora, son muchas las ocasiones en las que negamos a Jesús con el fin de ganar el mundo entero perdemos nuestra amistad con él y ponemos en riesgo nuestra salvación, con tal de encajar en esta sociedad actual vamos perdiendo uno a uno los valores y principios debemos esmeramos por cuidar nuestra imagen más que nuestro interior.

PRÁCTICA DIARIA

  • Hoy reflexionaré de las veces que he negado a Jesucristo con mi faltas y pecados.
  • San Enrique nos enseña pedir en oración el caracter de Jesucristo para hacer siempre lo correcto.

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