JUEVES, Décimotercera Semana del Tiempo Ordinario (ciclo b) -04 de julio, 2024

SANTO DEL DÍA

SANTA ISABEL DE PORTUGAL (1271- 1336)

Santa Isabel nació en Aragón (España), su nombre se debe a que su tía abuela se llamaba Santa Isabel de Hungría y sus padres escogieron este nombre para ella, fue educada en la piedad y en la oración perseverante, se casó a sus 12 años con el Rey Dionisio de Portugal, un hombre de escasa moral, que le maltrataba constantemente, está sería su cruz  y la supo llevar, cada día ofrecía sacrificios, oraciones por su esposo, lo trataba siempre con inmensa bondad, tuvo dos hijos con él y llegó a criar hasta los hijos que tenía con otras mujeres, el Rey le permitía llevar su vida cristiana pues la admiraba por su esmero por encargarse de las cosas del palacio, creó hospitales, albergues, repartía limosna y ayudaba a los pobres dándoles las monedas a escondidas del rey, un día su esposo sospecho de lo que hacía y al reclamarle porque regalaba las monedas, ella al llevarlas escondidas, él le dijo muéstrame que llevas ahí, pero estas se convirtieron en rosas. Uno de sus hijos que se llamaba Alfonso sintió envidia por el amor que su esposo Dionisio mostraba a sus otros hijos, y en muchas ocasiones le propuso la guerra a su Padre, Santa Isabel oraba en penitencia por la reconciliación de su hijo y esposo, y una y otra vez impedía los conflictos entre ellos, poniéndose en medio de la batalla se arrodillaba y evitaba el enfrentamiento. Después años más tardes su esposo murió arrepentido y ella viajo a Santiago de Compostela, estudiando la vida de santos, fundó el convento las Clarisas porque sentía una gran admiración por Santa Clara que era amante de la Eucaristía, después decide emprender un viaje para lograr la paz entre su hijo y yerno, muere en el convento que ella misma fundó en su viudez invocando el nombre de la Santísima Virgen que le había ayudado a interceder en tantas batallas.

Evangelio del día

San Mateo 9,1-8

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
«¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados».
Algunos de los escribas se dijeron:
«Este blasfema».
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —entonces dice al paralítico—: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”».
Se puso en pie y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Palabra del Señor

  • Jesús realiza un milagro de sanación, esta vez lo hace con un paralitico, la fe de quienes llevan a este hombre es valorada por Jesucristo pues reconoce el esfuerzo de quienes desean hallarlo, la confianza de aquellas personas les permite acercar al hombre desvalido a la presencia de Jesús, pero Jesucristo desea liberar primeramente de sus pecados a quien está frustrado corporalmente, pues revela que es necesario sanar el alma antes que el cuerpo, Jesús enseña a quienes presencian este acto de misericordia que las enfermedades son la expresión de lo que atormenta el interior y que para devolver la salud se debe mirar lo más profundo del ser. La palabra ánimo expresada por Jesús es la manifestación de amor y compasión por parte del maestro, motiva a quien se encuentra bajo las cadenas del pecado, para que se despoje de su hombre viejo, y pueda emprender un nuevo camino liberado y sanado de su rigidez espiritual.
  • Los escribas continúan murmurando contra Jesús pues no creen en su inmenso poder, se rehúsan a creer en las obras mismas, su falta de fe les impide reconocer a Jesús atraves de sus milagros, pero para Jesucristo no es un impedimento cumplir su misión en la tierra, pues sabe que es el hijo del hombre y que ha venido a restaurar corazones, y a rescatar pecadores, así sea criticado y ofendido, su mirada se centra en quienes desean sentir su presencia y obtener la gracia que da la dignidad a quien la ha perdido, Cristo muestra a las comunidades de sus tiempos que no basta con creer sino que los hechos son la explicación de la fe, no basta tener una convicción sino demostrarla en verdades vividas.
  • Nuestra parálisis espiritual nos ha atado y ha creado en nosotros una tibieza en el corazón, cuantos momentos de nuestra existencia perdidos a causa del pecado que nos enceguece y no nos deja continuar en el sendero que nos conduce a la vida eterna, como aquellos hombres de fe y con mucho valor para buscar a Jesús, es lo que las gentes de hoy necesitan, pues hemos entumecido la vida, y nos hemos acostumbrado a convivir con el mal, el señor nos insiste que creamos en su poder, pues él hará grandes prodigios en cada uno de nosotros, nos dará un corazón lleno de amor para vencer cualquier enfermedad del alma.
  • Fe es lo que realmente debemos acrecentar cada día para avanzar sin desdenes, permitir que Cristo devuelva el movimiento a nuestra persona es el inicio que nos convertirá en hombres entregados y dispuestos a llevar a los demás a la experiencia con Jesús, romper ataduras que nos siembren las dudas, enamorarnos de Jesucristo, poder mirar uno a uno los milagros que el Señor ha hecho en nosotros y que aún no hemos reconocido,¿ has examinado tu interior reconociendo que parálisis te impiden buscar el amor de Dios?  ¿ has rechazado a quienes quieren darte a conocer a Jesucristo?, el Señor exige una vida cristiana activa no estática, nos invita a levantarnos y andar por este mundo para hacer el bien, sin importar en que condiciones este nuestra vida, lo importante es avanzar….

PRÁCTICA DIARIA

  • Examinar mi interior, ver que me esta paralizando e impide estar en paz con Dios, descubro y busco la manera de salir de este pecado que no me deja continuar.
  • Santa Isabel de Portugal decía: “Tanta mayor libertad de espíritu tendrás cuando menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas”.

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