
SANTO DEL DÍA
SAN IRENEO DE LYON (130-202)
San Ireneo de Lyon fue un obispo, nació en Asia menor, fue un hombre pacificador que actuó a favor de las iglesias de Asia de no ser excomulgadas por el Papa Víctor, por haber celebrado la Pascua en fechas diferentes estipuladas por la Iglesia, motivó a otros obispos a trabajar por la unidad y defender las tradiciones apostólicas. Fue un teólogo, redacto un documento que contenía argumentos en contra de los herejes, instruido por Policarpo Esmirna uno de los considerados testigos oculares de la vida de Cristo, muere sirviendo en la iglesia de Lyon.
Evangelio del día
San Mateo 8,1-4
Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo:
«Señor, si quieres, puedes limpiarme».
Extendió la mano y lo tocó, diciendo:
«Quiero, queda limpio».
Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo:
«No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- En esta ocasión Jesús mira la necesidad de aquel hombre enfermo, y siente compasión de su persona. Según las creencias judías, quienes enfermaban de lepra debían alejarse del pueblo, pues consideraban que quien padecía esta enfermedad la había obtenido por su pecado, pero el leproso acercándose a Jesús hizo su humilde petición, sin importarle las leyes, porque sabía quién era Jesús de Nazaret y los milagros que hacía y podía sanarlo, una muestra de fe que cautivo la mirada del Mesías, concedió aquel hombre lo que anhelaba en aquel momento , otra vez Jesús insiste que para él lo que más tiene valor es lo que las personas tienen en su interior y que la superficialidad no es lo que le interesa realmente, él libera al ser humano de las lepras que lo esclavizan y privan del amor de Dios, restaura el corazón afligido de quien le busca sinceramente. La expresión de Jesús “quiero, queda limpio” no es más que su autoridad otorgada por el Padre, con una sola palabra suya purifica el pecado que emana de quien está abandonado y que sabe quiere su sanación espiritual.
- Jesús envía al leproso a presentarse ante los sacerdotes, porque siendo judío respeta las creencias judaicas, y sabe que era necesario hacer tal práctica.
- El agradecimiento de quien sana es quizás el motor que impulsa a responder a Dios con un buen proceder, cuando Jesús rompe las cadenas del pecado la gratitud es la característica que debe obtener quien decide emprender el verdadero camino que lleva a la vida eterna.
- Las lepras de nuestra vida, el odio, el dolor, la enfermedad, la soledad, etc, nos aprisionan y debilitan nuestra voluntad, cuando vienen los momentos en que somos puestos aprueba nuestra confianza no está en Jesús, porque hemos moldeado nuestra persona fuera de la gracia que proviene de Dios, es Cristo mismo quien nos busca, que llama nuestra atención, y no comprendemos que lo hace a través de nuestras cruces de día a día que mal vistas por nosotros son oportunidades para acercarnos aquel que es todo amor, aquel que tiene el poder de sanar nuestras heridas. Rechazar a nuestros hermanos olvidados y marginados no es lo que Jesús quiere que hagamos, más bien nos invita a mirar en el otro sus miserias y compadecernos como él lo hizo, a amar y servir a quienes han perdido el horizonte es un acto de bondad y respuesta a su inconmensurable misericordia.
- Debemos agradecer a Dios siempre por tantas oportunidades y regalos que a diario nos da y que pasamos desapercibidos, despertar en la mañana, tener salud, ser quien soy y tener un nombre es ya un testimonio de su amor y fidelidad hacia nosotros, él nos devuelve una y otra vez nuestra dignidad de hijos de Dios, así caigamos, así nos empeñemos en hacer el mal, su pensamiento siempre amante nos sostiene y nos purifica a profundidad para presentarnos dignos ante Dios.
PRÁCTICA DIARIA
- Visitar un enfermo de mi barrio, comunidad, darle una voz de esperanza que lo haga sentir valioso y amado por Dios.
- San Irineo de Lyon nos dice: “El Hijo de Dios se hizo hijo del hombre, para que el hijo del hombre llegue a ser hijo de Dios”.