MIERCOLES, Undécima Semana del Tiempo Ordinario (ciclo b) -19 de junio, 2024

SANTO DEL DÍA

SAN ROMUALDO, ABAD (950-1027)

San Romualdo fue hijo de unos duques, creció en las pasiones desordenadas de este mundo y cometió muchas faltas en contra de Dios, pero una voz en su interior lo interpelaba indicándole alejarse de esta vida mundana. Un día su padre que era bastante vengativo le llevo fuera para que fuera testigo de un pleito que tendría con un adversario, esta situación termino en muerte, de ahí que San Romualdo decidió huir de aquel lugar y acoger la vida religiosa, ingreso a un monasterio de benedictinos para dedicarse a la oración y penitencia, pero teniendo conflictos con los monjes se retiró a una montaña como ermitaño, en vida fundó conventos, para que muchos pecadores acogieran la fe y se convirtieran a Dios, fundó años después una comunidad que anhelaba con su corazón y tomo el nombre de Camaldulenses, más tarde encerrado y dedicándose a lo que lo haría santo murió en la paz de Cristo.

Evangelio del día

San Mateo 6,1-6.16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.

Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor

  • En este pasaje bíblico Jesucristo hace una advertencia a la hora de poner en práctica la limosna, la oración y el ayuno, experiencias de piedad significativas que alimentan la relación con Dios, pero que ligadas al  populismo y al elogio del pueblo no tienen sentido, convirtiéndose en acciones falsas y vacías, Jesús revela la clave para llevar a cabo tales obras, y es que deben hacerse con total prudencia, en silencio, que emanen de lo más profundo del corazón, sin ninguna intención en particular, y que no busque  gratificación alguna, “El bien no hace ruido porque el ruido no hace bien”.
  • Cristo quiere enseñar en todo momento que ser superficiales no lleva a nada bueno, que preocuparse por la apariencia no es un signo de ser justos con quienes lo necesitan. En este mundo en el que lo externo cobra cada día más valor, donde los reconocimientos y los aplausos son para aquellos que quieren vivir de fachada, que preocupados por una reputación olvidan cuidar sus conciencias. Lo más  importante radica,  ver en los hermanos el rostro del mismo Dios, que pide una entrega sin reservas, sin apariencias ni hipocresías, exige ser más humanos, cuando el hombre siente dolor es un ser vivo, cuando se preocupa por el dolor de los demás es un humano, la recompensa que Dios ofrece es invaluable y eterna, la recompensa del mundo es temporal y mezquina.
  • La religión y muchas instituciones han convertido hoy en día la caridad como fuente de intereses particulares, no hay que ser extremistas, hacer el bien a nuestros hermanos necesitados es lo que Dios nos manda hacer, pero Jesús solo nos pide que no cambiemos lo que somos, disimulando nuestras intenciones,  que dar sea un acto de amor genuino sin ningún tipo de máscara.
  • La oración es un medio por excelencia para comunicarnos con aquel que nos creo, pero no debemos proclamar a los cuatro vientos lo que en secreto dialogamos con Jesús, pues Dios trabaja en el silencio, es él quien conoce nuestro interior y es él quien sabe lo que realmente somos y necesitamos. El ayuno hace de nosotros hombres y mujeres con autocontrol de nuestros deseos carnales debe ser una experiencia que refleje la alegría de querer encontrar a Dios de  preferirlo antes que a todo, debe  motivar a quienes quieren seguirlo también.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Emplear estas tres practicas piadosas, oración, limosna y ayuno con total prudencia y humildad.
  • San Romualdo Abad nos enseña que lo que el mundo ofrece es efímero y que la verdadera felicidad esta en la eternidad junto a Dios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *