DOMINGO, Novena Semana del Tiempo Ordinario (ciclo b) -02 de junio, 2024

La solemnidad del cuerpo y la sangre de Cristo o Corpus Christi se lleva a cabo el domingo posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, los muchos milagros atribuidos a la Eucaristía dio paso para que se celebrara una fiesta en su honor; quien patrocino esta celebración fue Santa Juliana de  Mont Cornillon con la ayuda del Papa Urbano IV que en ese entonces siendo Obispo de Lejía propicio la devoción y adoración al santísimo sacramento el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad. Finalmente años más tarde en el concilio de Trento se introdujo en la iglesia como solemnidad para devoción de todos los cristianos católicos.

En el sacramento de la Eucaristía podemos contemplar como Cristo Señor se hace real en las esencias del pan y del vino consagrado, presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad. En la Eucaristía encontramos el alimento que nos reconforta para seguir este camino, recordando que si dejamos que el mismo Jesucristo haga morada en nosotros será más llevadera la vida por este mundo tan atribulado.

Evangelio del día

San Marcos 14,12-16. 22-26

El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
«¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»
Él envió a dos discípulos, diciéndoles:
«ld a la ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?”
Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, acondicionada y dispuesta. Preparádnosla allí»
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo.»
Después, tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron.
Y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».
Después de cantar el himno, salieron para el monte de los Olivos.

Palabra del Señor

  • Una cena importante  debe prepararse con tiempo y seguir una serie de pasos para realizarse e invertir  todo lo necesario para que sea un éxito; asimismo Jesucristo quiere  mostrar con la mayor sencillez un mensaje desde la cotidianidad con este suceso de  la cena pascual que recuerda  a los judíos su liberación de la esclavitud, quiere dar a conocer  un alimento Celestial  sin  exigencias ni lujos solo  su cuerpo y su sangre dado a los hombres para saciar el hambre y la sed de Dios.
  • La cena es la última comida del día, Jesús quiere enseñar a sus apóstoles que él es el alimento definitivo en nuestra vida, que su sacrificio de amor se realiza una sola vez  en la cruz donde él es el protagonista Central verdadero y sumo sacerdote que se  entrega sin reservas y por amor para todos para el bien de la humanidad entera.
  • Hoy se conmemora el regalo valioso de la sagrada Eucaristía; ¿Qué valor tiene el pan que nos nutre espiritualmente? ¿ Hemos dejado que se convierta en algo tan familiar que al recibirlo no sentimos el más mínimo agradecimiento a Dios por quedarse en nuestra vida?.
  • ¿Hemos dedicado el tiempo para preparar nuestro corazón  y con fe recibir a Jesús cada vez que nos reunimos en su nombre? siendo participes y testigos fieles de su resurrección o hemos perdido nuestra gracia alejándonos y ahogándonos en las preocupaciones y afanes de este mundo e ignorando quien nos da la vida eterna, ¿Qué lugar hemos destinado para que el Señor more?, nuestra vida es el lugar perfecto en el que Jesús quiere estar, acerquémonos a vivir este sacrificio de amor en cada misa.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Participar de la misa dominical, especialmente el jueves asistir, en este día se conmemora la institución de la Sagrada Eucaristía.
  • La fiesta del Corpus Christi me enseña que debo hacer una visita diaria a Jesús presente en este valioso sacramento de la Eucaristía.

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