JUEVES, Séptima Semana del Tiempo Ordinario (ciclo b) -23 mayo, 2024

SANTO DEL DÍA

San Juan nace en Voltaggio provincia de Génova (Italia), desde pequeño era piadoso, un día una pareja de esposos pidieron permiso a sus padres para llevarlo a su casa y darle estudio, en esa familia unos Padres Capuchinos iban a pedir dinero para los pobres, entonces recomendaron al muchacho a un Canónigo de Roma el cual lo llevó a estudiar a la ciudad, al ordenarse sacerdote comienza a mortificarse de una manera rigurosa, la cual le ocasionó una depresión nerviosa, con esto entendió que se debe hacer el bien sin ser exagerados con las mortificaciones, un Padre había fundado un albergue, este joven iba seguido con unos compañeros para ayudar a los más necesitados, les enseñaba el catecismo y los preparaba para los sacramentos, igual que a los niños y gente adulta que estaba en el mercado vendiendo sus productos, tiempo después le pidieron confesar en la diócesis, y allí descubrió el don de confesar, cuanto bien hacia a la gente, un día se fue ayudar a un sacerdote en un templo, en donde casi pocos iban, y cuando él comenzó a confesar, venían centenares de personas, y muchos se convertían , hasta el punto que lo enviaron a las cárceles a confesar, a hospitales, a todos los lugares que necesitaran de su confesión, muere de un ataque al corazón a sus sesenta y seis años y en una pobreza total.

Evangelio del día

San Marcos 14,12a.22-25

El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, mientras comían, Jesús tomó pan, y pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo».
Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios»..

Palabra del Señor

  • El Evangelio narra la Última Cena , explicando la alianza antigua y la nueva alianza sellada con la sangre de Jesucristo, los sacrificios del pasado ya no tienen sentido en comparación al único y definitivo sacrificio de Cristo en la cruz, su entrega confirma su amor por todos, es ahí donde se une el cielo y la tierra, Dios y los hombres.
  • Jesucristo volverá pero antes se debe proclamar su nombre hasta que regrese, el pan y el vino no son metáforas del cuerpo y la sangre de Jesús, es la realidad presente, es la palabra hecha carne, él esta ahí y acompaña a quienes creen hasta el fin de los tiempos. “«Si me mandáis, Señor, hacer lo que vos hicisteis, dadme vuestro corazón». Este ha de ser vuestro ahínco: «Señor, dadme vuestro corazón». Estas vuestras oraciones, éstas vuestras disciplinas, éstos vuestros ayunos, éste vuestro decir de misas. ¿Hay más que esto? Quien da su corazón, ¿qué no dará? Esto es comulgar. Así como el pan deja de ser pan y se transubstancia en el cuerpo de Cristo, así el hombre deja de ser quien era y entra en el corazón de Cristo.”  San Juan de Ávila.
  • Hoy conmemorando el sacrificio de amor de Jesús por nosotros, debemos reconocerlo y hacerlo parte de nuestra vida, él esta vivo en la Eucaristía, es un privilegio para nosotros los católicos tenerlo en nuestros templos, son pocos los que acuden a él, se encuentra abandonado, porque nuestras prioridades son terrenales, y cuando nos sentimos afligidos nos preguntamos que hacer, cuando él nos está esperando con los brazos abiertos en el altar.
  • Cada vez que los sacerdotes elevan el pan y el cáliz traemos a la memoria cuando Jesús fue alzado en la cruz para nuestra redención, hoy más que nunca no podemos dejar de ir a misa, el no ir nos hace pecar porque Jesucristo nos envió a reunirnos para proclamar su muerte hasta que vuelva, ahí saciamos nuestra sed de Dios, allí nos alimentamos para caminar por este valle de lágrimas.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Invitar con alegría a un amigo (a) que no haya tenido la experiencia de ir a misa, motivarlo para que busque a Dios a través de la Eucaristía.
  • San Juan Bautista de Rossi ayudó a muchos a convertirse a través de la confesión, como él seamos penitentes y acerquémonos a la confesión y ayudemos a otros hacerlo.

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