DOMINGO, Fiesta de Pentecostés (ciclo b) -19 mayo, 2024

SANTO DEL DÍA

San María Bernarda nació en Auw, en el Cantón de Argovia, Suiza, sus padres eran humildes campesinos y cristianos ejemplares, educaron a sus hijos en la piedad a Dios, era alegre, inteligente, generosa y amante de la naturaleza, su devoción a la Eucaristía formó su espiritualidad, se dedicó al trabajo agrícola en su juventud, experimentando también el afecto por un joven del cual se enamoró, sintiendo la llamada de Dios se entregó completamente a su Señor, el trabajo, la oración, el apostolado en la parroquia, mantuvieron vivo en ella el deseo de la vida consagrada, con la ayuda del párroco entró en el Monasterio franciscano de María Auxiliadora en Altstätten, vistió el hábito franciscano, tomando el nombre de Sor María Bernarda del Sagrado Corazón de María, tiempo después partieron para el Ecuador, ella y su compañeras, para el anuncio del Evangelio, fundaron una nueva Congregación religiosa, la de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, la nueva Congregación franciscana creció en número y se fundaron las dos Casa filiales de Santa Ana y de Canoa, su vida fue sufrida perdonando de corazón y orando por aquellos que la hacían sufrir, ya debían salir del Ecuador y se dirigieron a Cartagena, recibidas paternalmente por el Obispo. Encontraron alojamiento en un ala del hospital femenino, llamado comúnmente «Obra Pía», muere a la edad de setenta y seis años, presa de punzantes dolores hipogástrico, y con un legado de servicio a sus semejantes.

Evangelio del día

San Juan 20,19-23

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra del Señor

  • El evangelio de este domingo sin duda alguna muestra al Espíritu Santo como el protagonista, pues, no se encuentra al Dios vivo de verdad, sino es porque el Espiritu Santo lo concede.
  •  El Espíritu también defiende al Hijo, él ha revelado a Dios Padre, el Espiritu Santo continuará la tarea de conservar la verdad que Jesucristo ha traído al mundo.
  • Hoy que celebramos la gran fiesta de Pentecostés, debemos permanecer en la acción del Espiritu Santo, que nos motiva a permanecer en la verdad que es Jesucristo, él nos moldea a la persona preciosa de Jesucristo.
  • El Espiritu Santo da vida a nuestro interior, nos llena de la gracia de Dios, y nos permite evitar el pecado, él reconforta nuestras fuerzas para avanzar en este valle de lágrimas, nos impulsa a buscar las cosas celestiales, nos renueva y nos muestra el camino, Jesús prometió el Espiritu Santo, él nos dijo estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, volvamos nuestra vida un eterno pentecostés en donde la alegría nos mantenga en la paz de Jesús.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Rezar la oración al Espiritu Santo por la mañana y por la noche todos los días de mi vida.
  • Santa María Bernarda nos dice: «El Espíritu Santo me enseñó a adorar, alabar, bendecir y dar gracias a Jesús en el tabernáculo, en todo momento, en medio de las labores y en la realidad cotidiana de la vida».

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