VIERNES, sexta Semana de Pascua (ciclo b) -10 mayo, 2024

SANTO DEL DÍA

San Juan de Ávila nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real, España), fue a estudiar leyes a Salamanca, tiempo después estudió filosofía y teología, al ordenarse sacerdote repartió sus bienes a los pobres, se entregó a la oración y a la enseñanza del catecismo, el obispo lo llamó y fue a Córdoba, allí conoció a fray Luis de Granada, con quién organiza predicaciones por los pueblos y muchas personas se convierten, fundó centros de estudios como los colegios de San Pelagio y de la Asunción, luego fundó en Granada la universidad, allí se dio la conversión de san Juan de Dios, el grupo de sacerdotes comenzó a vivir según la manera de San Juan de Ávila, Él les aconsejaba robustecer su vida interior: recibir frecuentemente la confesión y comunión, hacer dos horas de oración de mañana y tarde, y estudiar el Nuevo Testamento. En Baeza (Jaén) ayudó en la fundación de la Universidad, quizá su fundación más célebre, en todas las ciudades fundó colegios o centro de estudios, aproximadamente tres colegios mayores o universidades y once colegios, al sentirse delicado de salud con calma pudo escribir sus cartas y preparar mejor sus sermones y tratados, muchos le pedían consejos, su gran amor a la Eucaristía, en figura de peregrino se le apareció Dios, y le animó a llegar hasta la meta, en una de las últimas ocasiones en que celebró la misa le habló el crucifijo: “Perdonados te son tus pecados”.

Evangelio del día

San Juan 16,20-23a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.
También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».

Palabra del Señor

  • El dialogo de Jesús con los apóstoles era un poco confuso, pero la promesa de Jesús les reconforta, sus palabras enigmáticas se esclarecerán a la venida del Espiritu Santo.
  • La tristeza se convertiría en alegría, ya verían al Señor no de una manera física sino interior, una manifestación del Espiritu en ellos quién les dará comprensión de todo aquello que en su momento no entendían pero que a la luz de la resurrección tienen valor y se hace entendible.
  • Debemos prepararnos para recibir personalmente la alegría plena del Espiritu Santo con la fiesta de pentecostés, nuestras tristezas son temporales, debemos vivir en la alegría constante de este gozó que no termina y que va hasta la vida eterna, cada vez que en nuestra mente halla confusión la fuerza del Espiritu Santo nos guiará a la verdad, una verdad que nos hará libres de tomar las mejores decisiones según la voluntad de Dios, además no dará claridad de nuestra misión en esta tierra.
  • Cuando tenemos la presencia de Dios en nuestro interior nada ni nadie nos arrebatará la alegría, ¿Quién nos podrá apartar de su amor?, nadie, pues estando con él vamos seguros, y estando con él permaneceremos en alegría y amor, cuando en tu vida se halle la duda, el dolor, la enfermedad, el Espiritu Santo te conducirá hacía donde debes ir, no confíes en tus fuerzas confía en quién tiene le poder de transformar todo y es el Espiritu Santo que nos configura a la persona de Jesús.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Iniciar la novena del Espiritu Santo hoy.
  • San Juan de Ávila nos dice: «El que hiciere bien al alma ajena, no puede dejar de hacer bien también a la suya.» 

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