SANTO DEL DÍA
SAN FELIPE Y SANTIAGO EL MENOR
San Felipe era de Betsaida de Galilea, fue llamado por Jesús, y aceptó, según la tradición fue a evangelizar en Frigia , muere en Hierápolis. Santiago el Menor, se le llama de esta forma para distinguirlo del otro apóstol, era de Caná de Galilea, su padre se llamaba Alfeo, según historiadores pudo ser primo de Jesús, era llamado “el obispo de Jerusalén”, era muy estimado por los Cristianos, al Pablo llamarlo en su carta a los Gálatas “Santiago es, junto con Juan y Pedro, una de las columnas principales de la Iglesia”, era importante en la fundación de la Iglesia primitiva, una vez un sacerdote judío llamado Anas II le rogo se presentara al pueblo para decir que Jesús no era Dios, a lo que este respondió: “Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios”, así que los judíos sintieron rabia y lo lanzaron por un precipicio, Santiago fue considerado un hombre santo en su tiempo, escribió la carta de Santiago en la que dice: Si alguno se enferma, que llamen a los presbíteros y lo unjan con aceite santo, y esa oración le aprovechará mucho al enfermo” (de aquí sacó la Iglesia la costumbre de hacer la Unción de los enfermos). La frase más famosa de la Carta de Santiago es esta: “La fe sin obras, está muerta”.
Evangelio del día
San Juan 15,18-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándolos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- El mundo entero aunque creado por Dios, va en contra de las enseñanzas de Jesucristo, no le escuchó, lo le conoció por tanto todo aquel que intente seguir al Mesías va ser excluido de la sociedad, porque sus ideales están fuera del plan divino, Jesucristo les alerta a sus seguidores, que este mundo al crucificarle a él siendo Dios, a ellos les pasará igual, en cuanto intenten llevar la verdad serán perseguidos como el Maestro.
- Jesús les revela que si la verdad es escuchada por los habitantes del mundo , entonces a él lo reciben, pero no es que el mundo sea malo, sino que quienes han pensado de una manera vacía, fuera de Dios, no podrán comprender las palabras de Jesús y mucho menos a sus discípulos, o todo aquel que quiera seguirle.
- En este mundo de hoy no se nos haga extraño ser perseguidos por multitudes, en cuanto a ideologías, sectas, modas, etc, todo aquello nos aleja de la verdad que es Jesucristo, para poder encajar en la sociedad debemos pensar y actuar como los demás, en forma equivocada, porque sino se hace de esa manera, seremos odiados por ir en contra de sus ideales, Dios creo un mundo basado en el bien, “y vio Dios que era bueno”, pero los habitantes de este mundo han degenerado al hombre, llevándolo a los más horribles actos, todo por ser popular, por aparentar, por obtener poder o bienes materiales, estamos convirtiéndonos cada día más en seres superficiales, dejando olvidado la construcción del reino de Dios en nuestros corazones.
- Si hemos decido seguir a Jesús preparémonos para la prueba como lo dice la Palabra, seremos tratados por locos, pero recordemos que para llegar a Dios debemos ser santos, y para ser santo debemos imitar a Jesús, y es pasar por la muerte de nuestros deseos terrenales, para que los celestiales surjan en medio de un mundo débil y pecador.
PRÁCTICA DIARIA
- Hoy haré el propósito de alejarme de todo aquello que me aleja de Dios, como por ejemplo las discotecas, el alcohol, los vicios, la pornografía, las redes sociales, etc.
- San Felipe y Santiago nos enseñan que seguir a Jesucristo va más allá de mis deseos, que aceptar su llamado me hace renunciar a tantas cosas de este mundo que me hacen perder mi misión de anunciar la verdad.