JUEVES SANTO, Semana Santa (ciclo b) -28 Marzo, 2024

SANTO DEL DÍA

San Doroteo de Gaza nació en Palestina, en su niñez y juventud no le gusto estudiar las letras, ingresó en calidad de hermano lego en el monasterio del abad Seridio, situado en el torrente entre Gaza y Ascarón, allí aprendió el amor por las letras y su sabiduria se forjó más adelante, al terminar sus oraciones, se aventuran en el calor del mediodía y recoge piedras a lo largo de la orilla del mar para construir celdas para los demás ermitaños. Por la noche tejía cestas, a cambio de lo cual recibió los suministros que necesitan para vivir. comía pan y agua. Una vez, San Doroteo envió a sus discípulos a buscar agua, pero volvieron diciendo que habían visto una serpiente y que el agua en el pozo estaba envenenada. San Doroteo fue al pozo, tomó un cucharón de agua e hizo la señal de la cruz sobre ella bebió, diciendo: “Cuando la Cruz, allí los poderes demoníacos no hacen daño”, su misión en el monasterio fue el cuidado de los monjes ancianos y enfermos,con ellos practicó caridad cristiana. Muertos sus maestros, él mismo tomó el relevo: formó a san Dositeo, que brilló por su santidad. Fundó el monasterio situado entre Gaza y Majuma, del que fue abad. Escribió un tratado ascético dedicado a la vida monástica, que se conserva en versión griega y latina.

Evangelio del día

san Juan 13, 1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.

Llegó a Simón Pedro, y este le dice:
«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?».

Jesús le replicó:
«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».

Pedro le dice:
«No me lavarás los pies jamás».

Jesús le contestó:
«Si no te lavo, no tienes parte conmigo».

Simón Pedro le dice:
«Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».

Jesús le dice:
«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos».

Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».

Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».

Palabra del Señor

  • El Evangelista Juan presenta a un Jesús que enseña una forma distinta de vivir y es sirviendo, una vez ha partido el pan y repartido el vino con quienes estuvo toda su vida pública y a quienes amo profundamente, se dispone a realizar un acto de humildad y amor y es el lavatorio de los pies, en lo común los siervos sirven a sus amos, pero Jesucristo enseña que para llegar al Padre se debe servir al hermano, para ser grande se debe ser humilde. El lavatorio de los pies también muestra con anterioridad como Jesús sirve a la humanidad entera mediante su amor muriendo en la cruz, hasta el extremo, hasta lo último se entrega por la raza humana para redimirlos.
  • Pedro y sus compañeros en su momento no entendían el significado de esta acción, pero el Maestro les enseñaba los caminos de la humildad y la misericordia, Dios tiene compasión de sus hijos, de sus incomprensiones, pero tiene tanta paciencia y amor que espera a que con obediencia sirvan a sus hermanos y basados en el amor entendiendo sus caminos, pues él hará el resto.
  • Hoy que conmemoramos la Cena del Señor, debemos encontrar el verdadero sentido de la Eucaristía (Acción de gracias), él porque Jesucristo se entrego a la muerte por nosotros y se queda para siempre en las esencias del pan y vino consagrados, es verdaderamente el cuerpo de Jesús, no es una simbología, ni una metáfora, es realmente su cuerpo que se entrega para salvarnos, ¿Cómo puede ser posible que siendo tan poderoso, buscó la forma más humilde de quedarse entre nosotros, en un pan?, que amor tan grande nos tiene Nuestro hermano Jesús, quiere salvarnos. Hermanos defendamos este hermosos sacrificio de amor, de quienes dudan aun en sus corazones que Dios se queda en nosotros cuando en común unión lo comulgamos, cuando unidos a su cuerpo nos hacemos uno con él.
  • El lavatorio de los pies nos muestra una forma distinta de vivir y es sirviendo, el servicio comprende donarnos por los otros, no cuando se pueda, sino siempre, Jesús siendo Dios nos enseño que para ser grandes en el reino de los cielos debemos simplemente servir, ¿nos cuesta?, ¡claro que si!, pero no es imposible, una vez conocemos a Jesús empezamos actuar como él, y durante su vida acá en la tierra nos enseño que nuestros hermanos deben ser nuestra prioridad de servicio, si amamos hasta que duela a nuestros hermanos a él lo amamos. Jesús muere sirviendo y nos motiva a morir por él, a perder la vida por él, para ganar la eterna.

PRÁCTICA DIARIA

  • Asistir hoy a la Solemne Misa de Jueves Santo, pero antes abrir nuestros corazones para entender que Jesús esta en la sagrada Eucaristia.
  • «Imagina que el mundo es un círculo, que el centro es Dios, y que los radios son las diferentes maneras de vivir de los hombres. Cuando marchan hacia el centro del círculo, se aproximan unos a otros al mismo tiempo que a Dios. Cuanto más se aproximan a Dios, más se acercan los unos a los otros. Y cuando más se acercan a los demás, más se aproximan a Dios.» DOROTEO DE GAZA

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