SABADO, Segunda Semana de Cuaresma (ciclo b) -02 Marzo, 2024

SANTO DEL DÍA

San Simplicio fue hijo de un ciudadano de Tívoli llamado Castino; sucede al Papa Hilario su pontificado duró quince años y en él el imperio de Occidente llegó a su fin estando él como Papa, defendió la Iglesia del cesaropapismo (término referido a las relaciones entre Iglesia y Estado, que identifica o supone la unificación en una sola persona, normalmente el emperador, ​​ con el poder político y poder religioso) de los gobernantes bizantinos. Publicó decisiones sobre cuestiones eclesiásticas, nombró al obispo Zenón de Sevilla vicario papal en España, de forma que las prerrogativas de la sede papal pudieran ejercerse en el propio país para beneficio de la administración eclesiástica. Simplicio fundó cuatro iglesias nuevas en la propia Roma.

Evangelio del día

San Lucas 15,1-3.11-32

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».

Jesús les dijo esta parábola:

«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”.

El padre les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.

Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.

Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían ¡os cerdos, pero nadie le daba nada.

Recapacitando entonces, se dijo:
“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.

Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.

Su hijo le dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.

Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.

Y empezaron a celebrar el banquete.

Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Este le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.

Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.

Entonces él respondió a su padre:
“Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.

El padre le dijo:
“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».

Palabra del Señor

  • En el Evangelio de hoy Jesús narra una de las parábolas más significativas para manifestar el amor del Padre Celestial para con la raza humana, acá Jesús no quiere simplemente mostrar como aquel hijo se desvió del camino sino como el Padre mantiene su amor por él sin recordar el pasado, su alegría es más que una fiesta en la que se celebra la conversión de quien se había perdido y ha vuelto a casa, dejándose guiar por la luz que lo conduce al verdadero camino que lo dirige al amor de Dios.
  • Jesucristo revela la esencia de un Dios que es todo amor, él quiere mostrar a un Padre que perdona a sus hijos hasta lo imperdonable porque sólo quiere salvar, traer a su morada aquellos que les pertenece, que han salido de su mano creadora y que quiere vuelvan a casa.
  • Nuestro Padre Celestial queridos hermanos no castiga y tampoco quiere condenar, sólo desea que cada hombre vuelva a poner su mirada en hacer el bien, Dios comprende nuestros errores, y conoce nuestra fragilidad, cuando caemos nos levanta y nos motiva a continuar, en ocasiones cuando en nuestra vida todo va mal no es porque Dios así lo quiera para quienes se olvidan de él, no funciona así en el cielo, Dios siempre estará a nuestra espera, a que volvamos a casa, en este tiempo de cuaresma estamos llamados acercarnos y dejarnos inundar del amor del Padre por medio de su hijo Jesucristo y así podamos perdonar como él nos perdona.
  • Dios nos muestra el universo entero, para que veamos con sentido todo lo creado y esto lo logramos por el amor, el amor es capaz de romper barreras, de destruir muros porque quien ama es capaz de comprender y perdonar, ¿Estamos dispuestos a conocer el amor de un Padre que nos ama incondicionalmente o queremos continuar en una vida lejos de su presencia?, en muchos momentos de nuestra vida nos llega el vacío que produce quien se aleja de Dios y es ahí donde nos arrepentimos de nuestra mala respuesta aquel amor que Dios nos ofrece, aprovechemos hoy para cambiar y responder a un amor infinito que nos conduce a la eternidad.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Hoy elevare una oración dando gracias a Dios por siempre estar dispuestos a perdonarnos, y pedirle nos inunde de su amor para perdonar también a nuestroos hermanos.
  • San Simplicio nos motiva a defender la Iglesia que nos enseña creer en un Dios que es Padre y nos ama.

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