LUNES, Primera Semana de Cuaresma (ciclo b) -19 febrero, 2024

SANTO DEL DÍA

San Mansueto fue el cuadragésimo obispo de Milán, hizo una intervención en el Concilio de Roma donde desaprobó el monotelismo(doctrina religiosa del siglo VII que admitía en Cristo dos naturalezas, la humana y la divina, y una única voluntad) y dejó en claro cómo las dos voluntades coexisten en Cristo, la voluntad humana sujeta a la divina, pero permaneciendo activa, como verdadero hombre.

Evangelio del día

San Mateo 25,31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones.

Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.

Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.

Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.

Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.

Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.

Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.

Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.

Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

Palabra del Señor

  • El Evangelio de hoy revela un juicio final para creyentes y no creyentes, una salvación universal que se da a todo ser humano sin distinción, todos absolutamente todos serán juzgados, Jesucristo se presenta no como cordero manso sino como justo juez , quien pedirá cuentas a los hombres, pero Jesús no quiere que que haya miedo a su venida sino que se centre la mirada a los necesitados, porque de esta manera quien se acerca a ellos a Jesús se acerca.
  • Jesucristo ofrece un reino instaurado para quienes le buscaron sinceramente, quienes vivieron sirviendo al prójimo que es la única y definitiva ley que él enseñó mientras estaba en esta tierra, su herencia es eterna y quienes gozarán serán los que hayan reconocido el rostro de Dios en cada persona marginada, vulnerable y necesitada.
  • Hoy el Evangelio nos recuerda cuan importante es amar al hermano, pues amándolo amamos al mismo Jesucristo, cuan misericordioso es Dios que siempre nos muestra un juicio, para alertarnos de que debemos estar preparados a su venida, no olvidemos nunca que si queremos ir al cielo debemos trabajar sin cansancio en las cosas celestiales, consientes que nuestra recompensa en el cielo será por toda la eternidad.
  • Jesús no quiere que andemos pensando con temor cuando el vuelva que si estaremos entre las cabras o seremos ovejas de su rebaño, aquí lo que realmente importa es hacer su voluntad, y ya sabemos que es vivir sirviendo, esta vida es provisional prácticamente prestada, aquí venimos a cumplir una misión encomendada por Dios, entonces no durmamos como los demás tengamos nuestro corazón en vela para hacer el bien, y gozar de sus promesas por siempre, es hoy el día de encontrarnos con el rostro de Cristo en quienes nos rodean.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Llevar un mercado a un hogar carente de recursos.
  • San Mansueto defendió la humanidad y divinidad de Jesucristo como él veamos en esta vida terrena no solo a Jesús divino sino humano.

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