VIERNES, Octava de Navidad (ciclo b) -29 diciembre, 2023

SANTO DEL DÍA

SANTO TOMÁS BECKET (1118-1170)

Santo Tomás nace en Londres fue hijo de un oficial, fue educado en el convento de Merton por unos monjes, siendo adolecente comienza a trabajar con un cargo de colaborador del Arzobispo de Inglaterra (el de Canterbury), el Arzobispo pudo observar en Santo Tomás cualidades admirables, y entonces comienza a asignarle tareas complicadas, más adelante fue nombrado diácono y después se le confía ir a Roma en su viaje logra que el Papa Eugenio Tercero se hiciera muy amigo del rey de Inglaterra, Enrique II, y con este suceso logró ser nombrado como Canciller o Ministro de Relaciones Exteriores. Tiempo después tras morir el Arzobispo el rey Enrique pensó en Santo Tomás para tomar el cargo, pero el santo se negó, pero al fin aceptó por la insistencia de muchos incluyendo el rey, pero antes de tomar el nombramiento se ordeno sacerdote y le exclamó una profecía al rey que él se convertiría en su enemigo, y así sucedió el rey Enrique deseaba la muerte de Santo Tomás. Luego este envió a cuatro sicarios que asesinaron al santo estando orando en el altar, muere de cincuenta y dos años, el rey Enrique fue excomulgado.

Evangelio del día

San Lucas 2,22-35

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.»
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos “han visto a tu Salvador”,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
“luz para alumbrar a las naciones”
y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre:
«Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».

Palabra del Señor

MEDITACIÓN

  • La familia de Nazaret no pospone las leyes mosaicas, se acercan al templo y cumplen con la práctica de presentar a Jesús, de presentar la vida, la salvación, luego se ven interrumpidos por un hombre que exclama palabras admirables para el niño, magnifica la presencia de Jesús ante sus ojos.
  • El Espiritu Santo por medio de Simeón manifiesta la obra salvadora de Jesús en la tierra y pone en alerta el corazón de María para todos los acontecimientos que sucederán para redimir al pueblo de Israel, son María y José quienes garantizarán el crecimiento de un niño que disipará las tinieblas de muchos y traerá la paz de todos los corazones que ansían al Mesías.
  • Hoy más que nunca la piedad se ha perdido, nuestras palabras ya no exclaman paz, bondad, ternura y amor de Dios, sólo pronuncian palabras fuera del fundamento espiritual que Dios nos ofrece, ya los ritos de la Iglesia y el cumplimiento de los sacramentos han pasado desapercibidos, nos da igual ir o no al encuentro con Dios.
  • ¿Qué refleja mi vida en esta tierra, como ensalzo el nombre del Señor, soy portador (a) de su luz?, nos hemos acostumbrado tanto al pecado que nos ofrece el mundo, que ya empezamos a encajar y hemos olvidado quien realmente da vida, quien es la luz del mundo. Nuestro interior debe tener sed de Dios, debe buscarle, que bueno morir experimentando la salvación, que bueno dormir habiendo cumplido la voluntad de Dios, como familia cristiana católica debemos esmeramos por estar en contacto intimo con la palabra de Dios como lo hizo María y José, buscando el templo de Dios para iniciar nuestra vida cristiana desde nuestras primeras acciones, como Simeón debemos sumergirnos en el temor a Dios, en llevar su Buena Nueva de salvación con mi actuar, con mi pensar, y con mi hablar.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Si aun no he ido al templo, y me preocupo más por las cosas de este mundo, detente y piensa quien da la salvación, lo material queda pero lo espiritual trasciende.
  • Santo Tomás me motiva a morir por Dios, pero morir no solo en el cuerpo sino a lo que me aleja de Dios.

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