
SANTO DEL DÍA
SAN PADRE PIO DE PIETRELCINA (1887-1968)
San Pío nació en Pietrelcina, sus padres Grazio Forgione y María Giuseppa de Nunzio, su nombre era Francisco, recibió los sacramentos de primera comunión y confirmación a los 12 años de edad, años más tarde inició su noviciado de la orden de los Frailes Menores Capuchinos en Morcone, recibió su ordenación sacerdotal en Benevento, pero por quebrantos de salud fue enviado a su casa, luego después de mejorar fue enviado al convento de San Giovanni Rotondo, muchos fieles experimentaban su profunda espiritualidad al momento de celebrar la santa Misa. Creo la fundación de la “Casa del Alivio del Sufrimiento”, para aliviar muchas familias. Pasaba horas enteras orando, crecía en la caridad amaba a Dios y lo hacia amar, ayudo y consoló a muchos, aceptando la cruz con amor padeció los dolores de las llagas de Jesucristo que salían en sus manos durante muchos años, guardo silencio de las criticas de los superiores y con resignación las calumnias, era obediente, y se mortificaba para obtener la virtud de la templanza, tiempo después su salud fue empeorando hasta que murió a sus ochenta y un años.
Evangelio del día
San Lucas 8,4-15
En aquel tiempo, habiéndose reunido una gran muchedumbre y gente que salía de toda la ciudad, dijo Jesús en parábola:
«Salió el sembrador a sembrar su semilla.
Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron.
Otra parte cayó en terreno pedregoso y, después de brotar, se secó por falta de humedad.
Otra parte cayó entre abrojos, y los abrojos, creciendo al mismo tiempo, la ahogaron.
Y otra parte cayó en tierra buena y, después de brotar, dio fruto al ciento por uno».
Dicho esto, exclamó:
«El que tenga oídos para oír, que oiga».
Entonces le preguntaron los discípulos qué significaba esa parábola.
Él dijo:
«A vosotros se os ha otorgado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás, en parábolas,” para que viendo no vean y oyendo no entiendan”.
El sentido de la parábola es este: la semilla es la palabra de Dios.
Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
Los del terreno pedregoso son los que, al oír, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan.
Lo que cayó entre abrojos son los que han oído, pero, dejándose llevar por los afanes y riquezas y placeres de la vida, se quedan sofocados y no llegan a dar fruto maduro.
Lo de la tierra buena son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Jesús se había vuelto tan popular que la gente le buscaba para oír sus enseñanzas, y no era precisamente porque entendieran lo que Jesús quería decirles sino porque habían escuchado de el, y de los milagros que hacia, y utilizando parábolas les enseña los secretos del Reino, una forma particular de comunicar su mensaje salvador a los incrédulos de manera oculta y se los explicaba en privado a sus discípulos claramente.
- El señor observa las actividades simples de la vida ordinaria para anunciar sus palabras, y poder llegar con facilidad y tocar los corazones de aquellos que no podían ver ni escuchar su mensaje a profundidad, pues utiliza al sembrador para referirse a Dios, y la semilla como la palabra, les recuerda a los apóstoles que se debe ser agradecido por haber sido elegidos por Dios para escuchar su mensaje salvífico, pues no todos tienen el privilegio de entender y comprender a lo que se refiere cada expresión dicha por Jesús. Quienes se creían sabios en esos tiempos tenían una ceguera que no les permitía ver a Jesús a través de las obras, no dan valor a sus palabras que son espíritu y verdad , pero quien decide aceptar su buena nueva se le dará vida en abundancia.
- Cuantas veces dejamos que la ceguera espiritual nuble nuestro entendimiento para querer aceptar a Jesús en nuestros corazones, Dios nos muestra a menudo los signos de los tiempos que nos advierten sobre los peligros que causan la perdición del alma y nos interpela en nuestro interior, cada vez nos hace llamados para ir en busca de su reino, en el Padre Nuestro que rezamos cada día nos olvidamos que pedimos una y otra vez su reino venga a nosotros pero no hacemos nada para que su voluntad se de en nuestra vida y no hacemos ni el más mínimo esfuerzo para que ese reino se expanda fuera de nosotros mismos. Jesús es la luz que puede hacernos entender con claridad lo que Dios quiere para nosotros, y es el bien, solo debemos dejar que su voz resuene como un eco en nuestro ser y nos haga participes de la vida eterna.
- ¿Es nuestra vida el terreno fértil que Dios quiere para depositar la semilla de la palabra y esta de fruto?. Es nuestra actitud y disposición la que da respuesta a esta pregunta, muchos son los caminos que decide nuestra vida tomar, si ser tierra infértil o fértil, es decisión de cada uno, pues recordemos que amar a Dios es una iniciativa que se da y surge en nuestro interior, no debe ser impuesta, escuchar su palabra se da libremente , pero depende exclusivamente de nosotros si decidimos dejarla germinar para que de tantos frutos con las mejores ganancias que dará paso a obtener la salvación. El enemigo esta buscando arrebatar y confundir nuestra creencia en Dios, y aun más cumplir sus mandatos, pero es tarea nuestra abonar el terreno que se nos ha dado en este mundo, aumentar nuestra fe, y vivir con esperanza son los fertilizantes que mantendrán nutrido nuestro amor a Jesucristo. En muchos momentos tratamos de escuchar las palabras de Jesús y las tomamos con alegría pero viene el mundo y nos desvía la vista del horizonte que Dios nos tiene trazado para que lleguemos hasta el cielo. Que lindo es Dios que nos permite dar poco o mucho pero siempre nos tiene en cuenta, pues él ve la intención del hombre. Debemos ser agradecidos con Jesús pues nos ha revelado su plan de salvación solo nos queda abrir los ojos del alma y reconocerlo en nuestra vida.
PRÁCTICA DIARIA
- Leer la palabra de Dios todos los días, y cumplir lo que en ella contiene, interiorizarla con la oración y las buenas obras.
- San Pio de Pietrelcina me invita a llevar la cruz con dignidad y por amor a Dios, a que nos mantengamos firmes y atentos con la oración.