
SANTO DEL DÍA
EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ (Siglo IV)
La fiesta de la exaltación de la santa cruz la iglesia católica la celebra desde el año 628, es una conmemoración a la santa cruz donde murió Nuestro Señor Jesucristo. La Emperatriz Santa Elena madre de Constantino encontró la Vera Cruz, Santa Elena junto con su hijo construyeron una Basílica del Santo Sepulcro donde guardaron la reliquia, años más tarde el Rey Cosroe se la llevó para colocarlo bajo su trono como signo de desprecio a los cristianos, pero tiempo después el emperador Heraclio la recupero y la traslado nuevamente a Jerusalén en una solemne procesión la regresó y desde aquel entonces esta ceremonia hace parte del calendario litúrgico de la iglesia. La cruz da sentido a nuestra vida, Jesucristo murió en ella para demostrarnos su inmenso amor, y para liberarnos del pecado.
Evangelio del día
San Lucas 6,27-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.»
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Jesucristo una vez más da a conocer el mandamiento del amor , la ley perfecta que permite amar no solo a los amigos sino a los enemigos, un amor que va más allá, que trasciende, Jesús quiere hombres capaces de amar hasta que duela, sabe que es difícil para el ser humano demostrar amor a quien ofende, a quien hace el mal , pero invita hacer el bien para aquellos que están desorientados, para aquellos que han perdido el horizonte.
- Jesús invita a que el hombre se despoje de su misma persona para donarse a los hermanos cuando aquellos necesiten, aún así cuando no tienen una forma correcta al obrar, quiere que los cristianos estén regidos por el amor, que demuestren misericordia para los considerados débiles y faltos del amor de Dios. La ley del talión considerada justa ya no tenia valor ante Jesús, pues él mismo se entregaría por amor por quienes no creían en sus palabras, él mismo se donó y quiere que la humanidad entera siga sus pasos, amando y perdonando.
- En la actualidad el odio reina en los corazones de esta sociedad, vengativa y falta del amor de Dios, cada quien busca desahogarse con la violencia, buscando el mal para quienes les han ofendido, es hora de despertar y seguir las huellas de Jesucristo que nos invita a amar más allá de nuestros rencores, a perdonar y ser perdonados, a sembrar en los niños el amor de Dios que sobrepasa cualquier dificultad que es capaz de seguir sin mirar atrás y de sembrar más que arrancar, queridos hermanos el odio nos dejará grandes cicatrices, pero si nos disponemos a amar ya perdonar será una tarea fácil para nosotros.
- La misericordia nos permite comprender las diferencias de los otros, y a tener presente que Dios nos perdona también a pesar de nuestras desobediencias, si pedimos a Dios tenga compasión de nosotros con que cara exigiremos su piedad, si aun hay en nuestro interior odios y rencores que están destruyendo nuestra alma, y estamos alejados de nuestros hermanos, Dios nos manda a la unidad, a desvivirnos por los otros, no podemos ser selectivos y convivir con quienes tenemos afinidad, el merito y la recompensa está en amar a quienes no nos demuestran amor sino necesidad de Dios, porque quien hace mal es porque hay una ausencia tremenda de Dios, entonces nuestro deber es acercarnos a ellos y no alejarnos como si fuéramos jueces, señalando y excluyendo, sino al contrario viviendo y ayudando en los desafíos de cada día para que seamos llamados hijos de Dios como no lo dicen las bienaventuranzas pero todo basado en el amor.
PRÁCTICA DIARIA
- Hoy buscaré a quien me ha hecho mal, pediré nos reconciliemos, y sino me atiende seguir orando por él.
- La exaltación de la santa cruz me invita a amar a mis enemigos como lo hizo Jesús, que siendo Dios muere por quienes pecamos y aun lo seguimos crucificando, pero por su inmensa misericordia nos sigue perdonando.