LUNES, decimoctava semana del tiempo ordinario (ciclo a) -07 agosto, 2023

SANTO DEL DÍA

SAN CAYETANO (1480-1547)

San Cayetano quedo huérfano desde muy pequeño, su Padre murió en la guerra y su Madre se desvivió por su educación, realizó sus estudios en la Universidad de Padua, años más tarde viajó a Roma llegando a ser secretario del Papa Julio II, y notario de la Santa Sede. Se ordenó sacerdote a los 33 años, fundó una comunidad de los Padres Teatinos dedicados a llevar una vida más santa y entregada a la Iglesia, en su pensamiento siempre se esforzó por llevar a quienes encontraba a su paso, para que iniciar el camino de la conversión, en ese tiempo Martin Lutero se reveló contra la Iglesia Católica y muchos sacerdotes quisieron seguir a Lutero, pero San Cayetano les decía que para reformar la Iglesia había que reformarse a uno mismo, renunció a sus bienes, y también a unas fincas que un señor rico le había ofrecido para el sustento de él y sus compañeros, creo una asociación que prestaba dinero a los pobres por bajos intereses llamada Montes de Piedad, cuando repartían todas las provisiones, él iva hasta el santísimo y Dios le proveía siempre con comida, murió pronunciando a Jesucristo.

Evangelio del día

San Mateo 14,22-36

Después que la gente se hubo saciado, enseguida Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.

Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo.

Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma.

Jesús les dijo enseguida:
«¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!».

Pedro le contestó:
«Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua».

Él le dijo:
«Ven».

Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
«Señor, sálvame».

Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
«¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?».

En cuanto subieron a la barca amainó el viento.

Los de la barca se postraron ante él diciendo:
«Realmente eres Hijo de Dios».

Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le trajeron a todos los enfermos.

Le pedían tocar siquiera la orla de su manto. Y cuantos la tocaban quedaban curados.

Palabra del Señor

MEDITACIÓN

  • En este Evangelio los apóstoles y su falta de fe y confianza en Jesús les hace sentir miedo y desesperación, se olvidaron por un momento que estaban con el verdadero Dios, Jesús nuevamente con su tranquilizante voz los anima a creer y abandonarse en su paz, a que mantengan la calma aun en medio del temor, Jesús no se cansa de motivar a sus seguidores, una y otra vez los expone a situaciones difíciles para ellos, solo con el único fin de entrenarlos en una fe sólida, que aunque no viendo su persona, puedan sentir su presencia siempre para vencer en sus vidas.
  • Pedro una  vez más se arriesga a seguir los pasos de Jesús, pero aún tiene dudas en su corazón y no le permiten confiar y actuar, Jesucristo le invita y anima a seguir, pero sabe que aún debe madurar en la fe en él, quienes estaban en la barca creen porque ven caminar a Jesús sobre las aguas, el Señor les pide que se lancen y confíen en su grandeza, que anden conscientes de su poder que los cobijará siempre, que lo reconozcan como Dios, independiente de la situación en la que se puedan encontrar.
  • El miedo confunde nuestra voluntad, y no nos deja seguir a Jesucristo, no nos deja aventurarnos a reconocer y anunciar a Jesús como nuestro salvador, las dificultades que se nos presentan en la vida nos hacen ignorar el poder que tiene Jesucristo, sentir su presencia entre nosotros nos permite incluso hacernos caminar por cualquier agua sin importar cuan tempestuosa sea, a veces pensamos que Dios no escucha nuestros lamentos, dolores, enfermedades, lo sentimos tan lejos pero él camina a nuestro lado y nos anima a continuar sólo nos pide tener fe una fe que sea capaz de vencer todo obstáculo, toda incertidumbre.
  • Cada vez que sintamos la necesidad de desfallecer de renunciar a todo, recordemos que la voz de Cristo nos anima, y nos dice no temamos, porque aunque teniendo fe podemos desanimarnos, pero el hecho es resistir y continuar, porque cuando no queramos orar, hacer el bien, mi fe en Jesús mi impulsa a continuar a pesar de mis limitaciones.

PRÁCTICA DIARIA

  • Aumentar mi fe mediante el estudio de la Santa Biblia, la oración, las obras de caridad.
  • San Cayetano nos invita a confiar en la providencia de Dios, y poner nuestra vida a su servicio.

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