
SANTO DEL DÍA
SAN ARNULFO (580-640)
San Arnulfo fue un hombre dedicado a los asuntos de Estado y también obispo, hijo de una familia franca, cuando estudiaba en la escuela siempre se destaco por su talento y cuando creció fue enviado a Austrasia para prepararse en las ramas del gobierno de su tiempo. Por su habilidad en los temas de Estado llego hacer comandante militar y tuvo a cargo a seis provincias .Años más tarde se casó con una mujer franca con la que tuvo dos hijos, en su vida nunca olvido a Dios apesar de que muchos honores mundanos podían hacer desviar su mirada de las cosas espirituales, pues siempre andaba frecuentando monasterios para hacer un retiro que le ayudará a encontrar definitivamente a Dios. Después participo de la vida religiosa y tiempo después lo nombran obispo encargándose de los asuntos del gobierno eclesiástico, pero también laborando en la administración del estado de su ciudad, luego de un tiempo se cansó de atender a los dos gobiernos y se dedico a la vida de ermitaño junto con su amigo Romarico y juntos se dirigieron a Vosgos para dedicarse a la oración allí mueren agradando a Dios.
Evangelio del día
San Mateo 11,20-24
En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían convertido:
«¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.
Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.
Pues os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Jesucristo hace una critica para quienes no reconocen los milagros como una gracia que motiva a convertirse y a dar una respuesta afirmativa a su llamado de salvación. Jesús se da cuenta de la incredulidad de aquellos que pertenecían a su ciudad pues no lo reconocían como al hijo de Dios, y observó que no era suficiente realizar infinidad de prodigios si antes no agradecían lo dichosos que eran de la buena noticia que les había sido anunciada siendo primeramente privilegiados antes que las demás regiones de sus alrededores. Si tan solo hubiesen mirado lo valioso que Jesús les estaba enseñando inmediatamente su conversión seria sincera y constante, pero hicieron caso omiso a sus palabras que son vida y luz.
- El juicio para Jesús es la conclusión final de las obras del hombre sobre la tierra, por eso hace siempre llamados de atención a la raza humana para que hagan un pare en el camino, e inicien su definitiva conversión, pues puede ser demasiado tarde cuando llegue el momento de ajustar cuentas con Dios, y seria triste perder la eternidad por no haber escuchado la voz del pastor que anuncia y reprende y no se cansa de llamar. El hombre se equivoca pensando que el cielo se gana sin esforzarse por hacer el bien, vale lo que se haga en esta vida, y cuando se crea seguro sin construir la santidad vendrá la caída que lo conducirá al fuego eterno, y allí no valdrán los lamentos, Jesucristo quiere que el hombre entienda que sin él nada se puede hacer, que si se quiere continuar con las propias fuerzas esta viviendo en vano, es él el camino que conduce a la eternidad y con él todo se hace más llevadero.
- La conversión es un proceso difícil en el cual muchos nos cuesta iniciar, porque nuestra falta de coherencia de vida nos distrae y nos empuja al abismo. Somos afortunados en todo tiempo porque el Señor se nos revela a través de nuestra vida cotidiana, y nosotros en vez de aceptar los grandes prodigios que ha hecho, ignoramos por completo que valioso es dejar que Jesús habite en mi ser y dirija mi caminar. Si tan solo le reconociéramos como nuestro centro todo nuestro actuar giraría entorno a él. Nos cuesta permanecer en la fe, vemos milagros y al poco tiempo seguimos y caemos en la misma vida pasada. La tibieza espiritual nos separa con un muro inmenso de la misericordia de Dios.
- Debemos mirar el juicio como nuestra victoria final, verla como castigo nos aleja del verdadero amor que Cristo nos ofrece, solo él quiere nos acerquemos a su presencia y caminemos hacia las escaleras que nos conducirán a puerto seguro donde habita nuestro Dios, al fin y al cabo le pertenecemos pero de nosotros depende buscar las obras de la luz y cumplir su santa voluntad, sin desperdiciar los dones que Dios a confiado en nosotros con el único fin de salvarnos.
PRÁCTICA DIARIA
- Hoy examinare mi vida, y comenzaré mi proceso de conversión siempre apoyándome en Jesús, confesarme para arrepentirme de mis pecados y hacer el propósito de cambiar para ganar la vida eterna.
- San Arnulfo nos enseña que nuestro interior siempre buscará a Dios y que dedicar la vida a Jesús es el mejor camino para salvarnos.