DOMINGO, decimotercera semana del tiempo ordinario (ciclo a) -02 julio, 2023

SANTO DEL DÍA

SAN PROCESO Y MARTINIANO (+ 67)

Estos dos mártires entregan su vida por Cristo, eran dos carceleros que custodiaban la cárcel de Mamertina de Roma en tiempo de Nerón, abrieron su corazón a las enseñanzas de aquellos que anunciaban a Cristo, un judío que daba como recompensa la vida eterna, deciden encender la luz de Jesucristo en sus corazones y dejar en libertad a los apóstoles prisioneros, piden los bauticen y quieren tomar el lugar de quienes estaban en prisión convirtiendo sus vidas al discipulado juntos con otros más que abrazaron la fe. Al enterarse el juez Paulino los azoto, para que desistieran de su creencia en Jesús pero murieron al no renegar de lo que habían conocido del Dios Altísimo.

Evangelio del día

San Mateo 10,37-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará. El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, solo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».

Palabra del Señor

MEDITACIÓN

  • Jesucristo quiere dar a entender a quienes le escuchan que él  es el centro de la vida del hombre, porque él sabe que es la piedra fundamental que toda persona necesita para vivir, y con él nada faltará sin duda alguna, al hablar de esta manera, no es que quiera crear una confrontación entre elegir a los seres queridos que es lo más valioso terrenalmente hablando y él, solo que se refiere que si al momento de discernir cualquier situación que valla en contra de su voluntad, la dignidad de hijos de Dios corresponde  servir y amar a Dios sobre todas las cosas esto incluye nuestros familiares y amigos. Él conoce muy bien el mandamiento de honrar a los padres, pero sabe que en muchas ocasiones ese amor hacia quienes queremos puedo incluso poner en peligro el lugar que él debe ocupar en nuestro corazón. Cristo enseña a sus discípulos que tomar la cruz de cada día es la dignidad del cristiano que lo hace merecedor de la vida eterna junto a él, que negarse a emprender este viaje sin su compañía no tiene sentido, que las personas que nos rodean son en cierta manera complementos que nos ayudan a caminar hacia él y por él, pero no son el suplemento para existir.
  • Los discípulos debían tener presente  quien debía ser Jesús en sus vidas, y cuál era su misión, Jesucristo quería mostrarles que seguirlo tiene un costo, pero que habrá una recompensa para quien quiera imitarlo, conoce que muchos quieren vivir sin esfuerzos ni luchas, que quieren victorias sin cruz, pero insiste que el apostolado debe basarse en el servicio y entrega total a Dios, desgastarse por el Reino es lo que verdaderamente tiene valor, que negarse a uno mismo es lo que verdaderamente importa, y aun conociendo que el hombre es afectuoso y que ama a quien le rodea, solo enseña que Dios es quien debe dirigir su vida que la esperanza debe ser puesta solo en él. Invita a que se acoja a quienes dedican su vida a evangelizar, hacer el bien, pues quien demuestre un acto de generosidad con ellos tampoco quedará sin recompensa, quien permita y no sea obstáculo para el anuncio de su mensaje salvador, es por eso que ejemplifica sencillamente, que tan solo dar un vaso de agua, ya es una muestra de querer apoyar la evangelización y ser partícipe de ella.
  • Los seres humanos hacemos a Jesús parte de nuestra vida y olvidamos que él debe ser todo en nuestras vidas, cuantos vagan por el mundo sin dirección, sin sueños ni metas, pero todo esto, porque han olvidado que Jesús es el camino la verdad y la vida, en él encontramos todo lo que se necesita para vivir. Nuestro ser debe tenerlo como eje central, cuando nuestros seres queridos mueren nuestra esperanza debe estar puesta en él, allí no termina todo, pues él estará siempre con nosotros, si tan solo nos abandonáramos en sus manos, veríamos el mundo de otra forma, cuando se vive con Jesucristo ya mis fracasos, decepciones y desaciertos, etc, no serían vistos como sufrimientos, sino como oportunidades y lecciones de vida, el mismo Jesús no lo ha enseñado de tomar nuestra cruz, para que seamos merecedores del cielo, pero no es para irnos a los extremos, Jesús quiere que caminos siempre conscientes de que él está a nuestro lado, pero que también amemos a nuestros familiares y amigos, pero con una única diferencia que nuestras vida no este dependiente de ellos sino sujeta a Dios. ¿Es Dios el centro de tu vida?¿Ocupa ese lugar cuando estas en necesidad? ¿Qué hare para cambiar el lugar que le doy a Jesús en mi vida?
  • ¿De qué sirve complacer al mundo?¿de seguirlo?, si sabemos que tarde que temprano nuestro final será nefasto, debemos más bien esforzarnos por edificar, por obrar el bien, y lo más importante cumplir y seguir anunciando el mensaje de Jesús, continuar sin desdenes con la misión que se nos ha encomendado desde nuestro bautismo, tantas ocupaciones terrenales han hecho que olvidemos lo que vinimos hacer a este mundo, lo temporal acá queda, los actos de amor hacia nuestros hermanos, es lo que sumara a nuestra recompensa allá arriba, tantas fatigas por obtener bienes han materializado nuestro corazón, han desviado el verdadero plan de nuestro creador que es salvarnos. En muchas ocasiones nos hemos convertido en barreras para dejar que Cristo sea el fundamento siempre vivo de nuestros seres queridos, manipulamos emociones y dejamos que la felicidad de muchos dependan de mí y no de quien realmente ofrece vida eterna, cuando nos interponemos para que Jesús sea conocido a profundidad somos los causantes de que hallan muchos vacíos en los demás. Ser agradecidos con quien dedican todo su tiempo por Jesús es también contribuir a expandir el Reino de los cielos, no olvidemos que gestos simples hacia nuestros hermanos en la fe son los escalones que dan valor a nuestra búsqueda para encontrar la verdadera felicidad en Cristo.

PRÁCTICA DIARIA

  • Depender de Jesús, y esto lo hago estudiando la palabra para conocerle, alimentarme de la Eucaristía, evangelizar en el lugar donde me desarrollo como persona, orar  para comunicarle todo de mí y así él sea mi guía en esta vida, y cuando vengan las tribulaciones tener mi esperanza puesta solo en él.
  • Como los mártires Proceso y Martiniano que dieron su vida por Cristo, seamos nosotros constructores del Reino, y sin temor confiando en Jesús démoslo a conocer para que en nosotros y en los demás sea el centro de nuestra existencia.

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