
SANTO DEL DÍA
SAN JUAN NEPOMUCENO (1350-1393)
San Juan nace en Bohemia (Checoslovaquia) , en un pueblo llamado Nopomuc, fue párroco de Praga y obtuvo el doctorado en la Universidad de Padua, ocupó el alto puesto de Vicario General del Arzobispado. El rey de Praga, Wenceslao, tenía dos pecados la cólera y los celos, Juan Nepomuceno confesor de la reina, fue obligado por el rey a contar los pecados que la reina le había dicho en confesión, y al no conseguirlo, se propuso matarlo. El Vicario Juan Nepomuceno también se opuso a que vendieran un convento, pues esos bienes pertenecían a la Santa Iglesia, entonces el rey se llenó de cólera, el Santo fue torturado y su cuerpo arrojado al río Mondalva, cuando recogieron el cuerpo su lengua estaba incorrupta.
Evangelio del día
San Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Un buen cristiano debe creer siempre que el cielo es su morada, por tanto nuestro corazón no debe estar turbado, hay una promesa dada por el resucitado: que hay muchas moradas preparadas y gozaremos eternamente con él.
- La duda puede acechar nuestra humanidad como le sucedió a Tomás, Jesús le recuerda con amor, que Él es el camino, la verdad y la vida, es por eso que nuestra existencia siempre estará al seguro en el caminar del día a día por este mundo, porque tenemos la certeza, que la persona adorable de Jesús siempre estará a nuestro lado, motivándonos, enseñándonos a perseverar para llegar un día al premio celestial.
PRÁCTICA DIARIA
- Hablarle a un amigo de la promesa del cielo.
- San Juan Nepomuceno nos enseña que la confesión es un paso para arrepentirnos, convertirnos y llegar al cielo.