
SANTO DEL DIA
SAN PANCRACIO (289-303)
San Pancracio fue un jovencito romano de sólo 14 años, que fue martirizado por declararse creyente y partidario de Nuestro Señor Jesucristo. Dicen que su padre murió martirizado y que la mamá recogió en unos algodones un poco de la sangre del mártir y la guardó en un relicario de oro, y le dijo al niño: “Este relicario lo llevarás colgado al cuello, cuando demuestres que eres tan valiente como lo fue tu padre”. Un día Pancracio volvió de la escuela muy golpeado pero muy contento. La mamá le preguntó la causa de aquellas heridas y de la alegría que mostraba, y el jovencito le respondió: “Es que en la escuela me declaré seguidor de Jesucristo y todos esos paganos me golpearon para que abandonara mi religión. Como Pancracio continuaba afirmando que él creía en la divinidad de Cristo, las autoridades paganas lo llevaron a la cárcel y lo condenaron y decretaron pena de muerte contra él. Cuando lo llevaban hacia el sitio de su martirio (en la vía Aurelia, a dos kilómetros de Roma) varios enviados del gobierno llegaron a ofrecerle grandes premios si dejaba de decir que Cristo es Dios. El valiente joven proclamó con toda la valentía que él quería ser creyente en Cristo hasta el último momento de su vida. Entonces para obligarlo a desistir de sus creencias empezaron a azotarlo ferozmente mientras lo llevaban hacia el lugar donde lo iban a martirizar, de muy buena voluntad se arrodilló y colocó su cabeza en el sitio donde iba a recibir el hachazo del verdugo y más parecía sentirse contento que temeroso al ofrecer su sangre y su vida por proclamar su fidelidad a la verdadera religión.
Evangelio del día
San Juan 10, 1-10
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Jesucristo hoy en el Evangelio nos habla del Buen Pastor que cuida a sus ovejas y las llama por su nombre, debemos escuchar su voz y no la de los impostores, donde esta la Iglesia de Cristo, estaremos en comunión con el Señor, muchas veces podemos realizar obras de caridad, ser buenos seres humanos pero lo más importante es tener unión con Dios, reconocer su voz y seguirlo, a través de su verdadero redil, la Iglesia.
- Quienes han resucitado deben saber que voz escuchar, porque puerta entrar, nuestro Pastor hermoso nos muestra el verdadero redil, no podemos ir tras voces oscuras, sino que endulzados por la voz de nuestro salvador, crucemos la puerta que nos conducirá a fuentes tranquilas a pastos verdes y duraderos.
- En este mundo el maligno actúa como lobo, silencioso, cauteloso, que nos envuelve en felicidades temporales, ensordeciendo nuestro corazón para evitar escuchar el amor que es Jesucristo vivo y santo, si buscamos hacer el bien vamos por él que es el camino y la vida, una advertencia en estos tiempos es caminar en la Iglesia que Jesús inicio, no podemos saltar con tal de avanzar más rápido, debemos buscar la unidad, siempre la común – unión siempre en rebaño, siempre con nuestro PASTOR JESUCRISTO que guía e indica el camino exacto que nos conducirá al cielo.
PRÁCTICA DIARIA
- Ofrecer el Santo Rosario en este mes de María por el Papa León XIV, para que pastoree la Iglesia como Buen Pastor.
- San Pancracio nos enseña a escuchar la voz de Dios en todo momento.
Debemos escuchar la voz del El Señor.
En el mundo hay muchas distracción debemos estar atentos pues no sabemos la hora, en qué vendrá El Señor.