MIERCOLES,-26 de Marzo-Tercera Semana de Cuaresma (ciclo C)-2025

SANTO DEL DÍA

En el reinado de Diocleciano, el Papa San Cayo estuvo grandemente preocupado por la seguridad de los cristianos en Roma. Cástulo, un celoso cristiano que era camarero del emperador, se ofreció; a arreglar todo lo necesario para que se tuvieran servicios religiosos en el mismo palacio del emperador, ya que este lugar no se prestaba para investigación alguna; y aún más, Cástulo albergó a los cristianos en su propia casa, adjunta al palacio y les procuró un lugar para sus reuniones. No contento con servir así; a la Iglesia, él y su amigo Tiburcio recorrieron Roma convirtiendo hombres y mujeres al cristianismo y llevándoles ante el Papa para que fueran bautizados. Posteriormente fue traicionado por un apóstata cristiano llamado Torcuato. Llevado ante Fabiano, prefecto de la ciudad, fue cruelmente atormentado y después arrojado a un foso cubierto con arena.

Evangelio del día

San Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor

  • Jesucristo no desconoce el valor que tienen estas leyes y no critica tales preceptos, sino que muestra el sentido real para el cual fueron creadas, lo contenido en ellas se culmina en la máxima expresión de servicio que es el amor a Dios y al Prójimo.
  •  Jesús quiere llevar a plenitud estas leyes, una integridad en el enseñar cumpliendo, basta aplicar en nuestra propia vida para ser espejos vivos para quienes nos ven, pero no por apariencia sino con sinceridad reflejando la experiencia con Dios en el amor. Jesús no vino abolir la ley, sino que quiso mostrarnos que Dios nos exige una práctica espiritual más humana, más sentida y más vivida con quienes nos rodean, no basada en moralismos sin sentidos sino viviendo el amor de forma espiritual y trascendente.
  • ¿Somos jueces de nuestros hermanos? ¿Es mi testimonio de vida un cumplimiento de esos mandamientos que Dios nos enseña en su palabra ¿Soy coherente en lo que enseño y práctico?
  • Existen muchos conocedores de la palabra pero pocos practicantes, enseñamos a quienes  nos escuchan, leyes, normas y preceptos  acomodados a nuestra conveniencia, e impartimos conocimientos vacíos, basados en una vida cristiana superficial y no transformadora que sea capaz de llevarnos a encontrar a Jesús, a ver a Dios amor, como dice San Agustín : “Ama y haz lo que quieras”, no es que quiera hacer cosas fuera de lo bueno, sino que Dios nos pide cumplir el amor hasta la locura, hasta el extremo como él lo hizo, un amor sin medida, sin limites, así quiere que obedezcamos las leyes en plenitud.

PRÁCTICA DIARIA

  • Leer los 10 mandamientos en la Biblia, en esta cuaresma recordar las 3 grandes prácticas, ayuno, oración y limosna.
  • San Cástulo me enseña: A servir al único rey verdadero Jesucristo Nuestro Señor.

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