
SANTO DEL DÍA
SAN ALEJANDRO DE ALEJANDRIA (250-326)
San Alejandro nace durante el gobierno de Pedro de Alejandría, tenia un carácter dulce y afable, amor y caridad para con sus hermanos y los pobres, también tenia un espíritu de caridad, lucha contra la herejía y el arrianismo. En su encuentro con Arrio que estaba unido al partido de los melecianos, constituido por los partidarios del obispo Melecio de Lycópolis, que mantenía un verdadero cisma frente al legítimo obispo Pedro de Alejandría, Melecio había sido arrojado por su obispo de la diócesis de Alejandría, el santo obtuvo su ordenación sacerdotal, al morir Aquillas le sucedió y Arrio al enterarse declaró una enemistad contra él, en su gobierno san Alejandro puso al frente de iglesias a los Ermitaños debido a que sentía gran admiración por ellos. Su intervención en todo el asunto de Arrio y del arrianismo, y su decidida defensa de la ortodoxia católica fue constante, el misterio de la Trinidad y de la distinción de personas divinas fue su postura frente a Arrio que consideraba a Jesús criatura y negaba la Trinidad, tuvo conversaciones privadas con Arrio para convencerlo de su falsa concepción, pero fue inútil así que se dispone a realizar un sínodo en Alejandría e invitar a Arrio y permitirle exponer sus ideas frente a muchos obispos, pero al final fue condenado por unanimidad por toda la asamblea. Después de esto Arrio viajo a Egipto luego a Palestina y por último a Nicodemia donde expandió su doctrina y convenció a muchos, y denigrando el nombre del santo, participó del primer concilio ecuménico, reunido en Nicea donde habría un encuentro y se trataría el tema del arrianismo que él mismo había descubierto y luchado contra aquella teoría, años después San Atanasio lo sucedió en su misión de ir en contra de aquella herejía.
Evangelio del día
San Marcos 9, 38-40
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Un partido de futbol en el que juega tu país, es una alegría para ti sin duda alguna, que gane el contrario es una tristeza, siempre queremos ser el mejor, no es así?, en la iglesia de Jesucristo no sucede de esta manera, estamos llamados a la unidad no a la competitividad, cuantas veces nuestra actitud en la iglesia es competitiva, creemos que somos perfectos y los demás están en el error, San francisco de Asís nos dice “Que mis hermanos sean más santos que yo, siempre y cuando yo tenga la santidad que el Señor quiere de mi” “Que mis hermanos fructifiquen mucho más que yo siempre y cuando yo fructifique según sea la voluntad de Dios”.
- EL Espiritu de Cristo nos impulsa a ser equipo con quienes no son católicos, sin olvidar nuestra fe inicial, pero sin descuidar la caridad para con nuestros hermanos, se que muchos evangelizan a Jesucristo de manera diferente, pero motivan a orar, a ser buenos hijos de Dios, que podemos nosotros criticar si aun así no estando en la Iglesia Católica contribuyen a la expansión del reino de Dios, EL padre Celestial los ama igual, su amor no esta condicionado para unos pocos sino para todos sin distinción.
- Debemos ser católicos que practiquen la inclusividad en la fe, donde los lazos de amor sean más fuertes que los de división, en donde respetemos quienes profesan a Cristo fuera de mis doctrinas cristianas, estamos llamados a trabajar en la unidad. Cuidado de caer en pensar que porque aquel o aquella no es católica debo ignorarla, es un deber de los seguidores de Cristo ser signo de unidad, de mostrar que en mi iglesia nos amamos y amamos, que somos una familia que anhela la conversión de todos.
PRÁCTICA DIARIA
- Si en algún momento de tu vida has ignorado una persona no católica, hoy es un día perfecto para saludarla, este será un buen comienzo.
- San Alejandro defendió con amor y paciencia las doctrinas Católicas pero siempre tratando de enseñar la verdad y defendiendo la fe, no por competitividad sino por amor a su Iglesia.