
SANTO DEL DÍA
SAN RAIMUNDO DE PEÑAFORT (1180-1275)
San Raimundo fue hijo del noble castellano de Peñafort, dedicado desde joven a los estudios filosóficos y jurídicos, a sus veinte años dicta clases de filosofía en Barcelona y a los treinta años jurisprudencia en Bolonia, todo lo que ganaba lo invertía en los necesitados, ingresó a la Orden de los dominicos, tiempo después fue nombrado Superior General, después renunció a este cargo y se dedicó nuevamente a la enseñanza y a la pastoral, fue nombrado confesor del rey Santiago y continuamente le reprochaba sus conductas. Sus obras apostólicas se recuerdan por las misiones para la conversión de los hebreos y los mahometanos que vivían en España. redactó obras de teología moral y de derecho, entre ellas la Summa casuum en la que se explica la administración adecuada del sacramento de la penitencia. Años después El rey Jaime de Aragón invitó al santo a un viaje, pensando que el fraile le apoyaría en sus inmoralidades, entonces San Rainmundo pidió le dejarán bajar de la embarcación, pero el rey lo amenazó de muerte, luego pidiendo le dejarán orar por las playas se fugó haciendo el mismo un velero llegó a su convento en Barcelona todos se admiraron de su hazaña en la que Dios había puesto su mano, muere de casi cien años.
Evangelio del día
San Marcos 6, 34-44
En aquel tiempo, al desembarcar Jesús, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando, y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos y le dijeron: “Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despide a la gente para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y compren algo de comer”. Él les replicó: “Denles ustedes de comer”. Ellos le dijeron: “¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?” Él les preguntó: “¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver”. Cuando lo averiguaron, le dijeron: “Cinco panes y dos pescados”.
Entonces ordenó Jesús que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados.
Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado que recogieron llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres.
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Jesús sacia el hambre tanto corporal como espiritual de todos aquellos hombres, con tan poco hizo un milagro sorprendente, los discípulos no comprendieron con quien estaban, pero es el Señor mismo que les enseña cuan importante es donarse con poco, sabiendo que Dios multiplica aquello que se cree es insignificante.
- Jesús agradece y luego da, este es un signo imposible para el hombre pero posible para Dios, el Maestro no necesito cantidades para ayudar a quienes necesitaban, sólo confió en Dios e hizo su voluntad.
- En la actualidad no necesitamos de dinero para ayudar, sólo se requiere una buena fe, firme, solo basta creer en quien es capaz de multiplicar aquello que poseemos, no solo materialmente sino espiritualmente en favor del bienestar de tantos necesitados.
- Cada vez que entendamos que para Dios no hay imposibles, que todo se puede en él, nuestra vida comprenderá cada signo, hoy más que nunca cuando nuestra humanidad le falta más generosidad, no debemos pretender tener riquezas para ayudar, puedes hacerlo ahora, con lo que tienes, donarse para aquellos vulnerables, con palabras, con servicios, con ayudas, todo cuenta, no esperemos a tener, solo busquemos la manera de hacerlo posible. «No pierdas la oportunidad de hacer el bien, no la dejes pasar.» San Felipe Neri
PRÁCTICA DIARIA
- Practicar la generosidad.
- San Raimundo de Peñafort nos dice: “Los reyes de la tierra pueden impedirnos la huida, pero el Rey del cielo nos dará los medios para ello”.