
SANTO DEL DÍA
SAN GUIDO MARÍA CONFORTI (1865-1931)
San Guido nació en Ravadese (Parma-Italia), recibió una educación cristiana por parte de su madre y de los Hermanos de la Escuela donde estudió, su vocación la obtuvo por ellos y por una experiencia que tuvo contemplando el crucifijo, tiempo después ingresa al seminario en contra de la voluntad de su Padre, luego por destacarse en sus estudios de teología y no habiéndose ordenado aun sacerdote el rector de su seminario lo nombra vicerrector, poco a poco se fue notando en el santo sus dotes de buen educador, fue un gran ejemplo para los seminaristas por su vida espiritual. Tiempo después funda una Congregación Misionera de hombres consagrados a Dios para llevar el Evangelio a los no cristianos, luego fue enviado a dirigir la Arquidiócesis de Rávena, por sus quebrantos de salud renunció a su cargo, y regreso a su Instituto Misionero sirviendo en la educación de los alumnos y en la redacción de las Constituciones de su familia misionera. Años más tarde el Papa le confió la diócesis de Parma, allí estuvo por veinticinco años, su trabajo pastoral se basó por la formación de los catequistas, fue el primer obispo en celebrar un congreso de catequistas en su diócesis, fundo un grupo de abogados para la defensa de los derechos de los campesinos y sacerdotes, evitó una guerra civil en Parma, además viajo a China y su visita fue signo de comunión entre las Iglesias, muere después de su inagotable trabajo pastoral por anunciar el Evangelio de Jesucristo.
Evangelio del día
San Lucas 14,15-24
En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús:
«¡Bienaventurado el que coma en el reino de Dios!».
Jesús le contestó:
«Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a su criado a avisar a los convidados:
“Venid, que ya está preparado”.
Pero todos a una empezaron a excusarse.
El primero le dijo:
«He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor”.
Otro dijo:
«He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor”.
Otro dijo:
“Me acabo de casar y, por ello, no puedo ir”.
El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado:
“Sal aprisa a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.
El criado dijo:
“Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio”.
Entonces el señor dijo al criado:
“Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa. Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete”».
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- Existe un dicho que dice:” que desde que existieron las excusas todo mundo quedó bien”, es frecuente encontrar personas expresando pretextos para no asistir a la Iglesia, como por ejemplo, no voy a la misa porque me critican, prefiero orar en casa es lo mismo lo importante es creer en Dios, para que me confieso si el sacerdote es un hombre pecador, yo solo asisto a misa cuando alguien fallece, no hago obras de caridad porque estamos en una sociedad malvada, así y muchos comentarios escuchamos decir e incluso hemos dicho, en el Evangelio de hoy nos muestra algo similar muchos se excusaron para no asistir al banquete.
- ¿Cuál es tu actitud en el llamamiento que Dios te hace para entrar en comunión con él? en nuestra vida de fe estamos invitados constantemente a la conversión, a la oración pero las ocupaciones, las posesiones hasta nuestra familia y amigos más cercanos son nuestras excusas para no dedicar tiempo para encontrarme con Dios. Además no solo estamos invitados sino que debemos buscar a otros a vivir esta experiencia de servicio y de amor incondicional.
- Estamos dados a excluir a las personas, hoy el Señor Jesucristo nos hace una invitación a incluir a aquellos que se tienen por menos, aquellos que imaginamos no tienen derecho de estar y vivir en Jesucristo, así que nuestra acción no se queda en asistir sino a expandir el reino de Dios a todos los rincones de la tierra.
PRÁCTICA DIARIA
- Reflexionar sobre aquel día que desperdicie la gracia que Dios me donó para asistir a su banquete.
- San Guido nos dice: ” El misionero debe tener un vivo deseo, de conocer bien a Jesucristo , meditar su vida y sus obras, esto tendrá que ser para él la más placentera y deliciosa ocupación.