LUNES, Vigésimo Novena Semana del Tiempo Ordinario (ciclo b) -21 de Octubre, 2024

SANTO DEL DÍA

SANTA LAURA MONTOYA (1874-1949)

Santa Laura nace en Jericó Antioquia (Colombia), sus Padres de nombre Juan de la Cruz Montoya y Dolores Upegui, eran muy cristianos, cuando Santa Laura tenía dos años de edad asesinaron su Padre, dejando su Esposa y tres hijas en extrema pobreza pues los enemigos les quitaron sus bienes, pero la Madre de Laura la enseño a perdonar. Desde muy temprana edad le tocó sufrir, mendigar cariño, pero se refugió en la oración contemplativa, en la penitencia, en la lectura de las sagradas escrituras y su sed de hacerse religiosa de las Carmelitanas aumentaba cada día más. Tiempo después ingresa en la Normal de Institutoras de Medellín, para convertirse en una admirable profesora, tiempo después apoyada por monseñor Maximiliano Crespo, obispo de Santa Fe de Antioquia, funda Las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, dedicadas a expandir la fe a quienes estaban olvidados en la selva y vivir con ellos en la pobreza. Enseñándoles a los indígenas el amor a Dios llamaba “la Obra de los indios”: al servicio de los indígenas de las selvas de América, junto con sus compañeras emprenden el viaje a dentro de la selva como misioneras sin temor, más que su amor a Jesucristo e impulsadas por María santísima, vivió y comprendió la vida de los indígenas, redactó en medio de la naturaleza “Voces Místicas”, inspirada en la contemplación de la naturaleza, y otros libros como el Directorio o guía de perfección, quería mostrar a la humanidad que los indígenas tenía derechos como todos, lucho contra la discriminación de los mismos, pasó nueve años en silla de ruedas, pero no dejó de escribir, muere dejando Casas religiosas en tres país en la actualidad están en diecinueve países.

Evangelio del día

San Lucas 12,13-21

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».
Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».
Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.
Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

Palabra del Señor

  • ¿Cuál es nuestra actitud frente al dinero y a los bienes materiales? ¿Hemos puesto nuestra seguridad y confianza en el dinero? Para aquel hombre rico las riquezas eran su razón o propósito para existir en esta tierra, tenía un desequilibrio que lo llevó a convertirse en una persona codiciosa e idolatra. Muchas veces pensamos que las riquezas o hacer dinero es malo, no lo es, lo que si es malo es que el dinero nos hace revelar nuestra mezquindad, nuestra falta de generosidad, nos asustamos por decirlo así, y nos volvemos malos administradores de aquellas bendiciones que hemos recibido.
  • Las riquezas deben ser un medio no un fin, nuestro fin debe basarse exclusivamente en alcanzar la vida eterna, ese en nuestro mayor tesoro, pero para llegar a este punto se debe atesorar bienes espirituales, ¿Y como lo hacemos?, solo basta compartir de aquello que hemos obtenido con nuestro esfuerzo y dedicación, pero si al obtener aquellas propiedades, me hace un ser egoísta, entonces esa riqueza me esta dominando y tarde que temprano se convertira en codicia.
  • Jesucristo nos invita a enriquecernos más en el Espiritu, a tener una relación sana con el dinero, no es que este sea malo, sino que siempre queremos tener más sin ser generosos, cuantos casos vemos en la actualidad en la que muchos matan por dinero, ocasiona enemistades, abusos, ilegalidades, deshonestidad, muchos santos prefirieron despojarse de una vida material para vivir plenamente la espiritual, pues sabían que nadie puede servir a dos señores al tiempo.
  • El dinero nos permite cubrir nuestras necesidades básicas, pero como San Pablo nos enseña “Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.”, así mismo debemos aprender a vivir de la providencia de Dios, si trabajar, si esforzarnos por tener lo que necesitamos, es más debemos aprender agradecer a Dios de lo que nos brinda cada día, solo lo necesario basta para ser felices, “Al conocer lo que Dios nos ha dado, encontraremos muchísimas cosas por las que dar gracias continuamente”. San Bernardo
     .

  PRÁCTICA DIARIA

  • Aprender a vivir en la modestia, de manera que me permita compartir mis bendiciones materiales con los demás y también tener aquello que necesito para vivir.
  • Santa Madre Laura Montoya nos dice: Tengo sed: “Dos sedientos, Jesús mio: Tu de almas y yo de saciar tu sed ¿ Que nos detiene pues? “

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *