
SANTO DEL DÍA
SAN JUAN FRANCISCO REGIS (1579-1640)
San Juan Francisco Regis nace en Narbona( Francia), sus Padres Jean Régis y Margarite de Cugunhan, estudió en el Colegio Jesuita de Béziers, ingresó al noviciado de Toulouse, su devoción iva en aumento, pasaba largas horas orando y dormía poco, ordenado sacerdote comienza a enseñar gramática en los colegios de Millau, de Le Puy en Velay, Auch , se dedicaba a misionar en los lugares más pobres, poco a poco va mostrando sus cualidades como misionero, también se caracterizó por ser un buen predicador, fue acusado por unos doctores de que explicaba muy bruscamente, a lo que el superior jesuita respondió que su predicación era hermosa, estableció refugios para prostitutas y trabajó con las víctimas de la plaga en Toulouse. Estableció la Confraternidad del Bendito Sacramento. Recaudaba dinero y comida de la gente próspera para dársela a los pobres, el Padre Regis completando una misión en Monfaucon donde se encuentra la plaga. Él salió de la ciudad para bendecir y anunciando el fin de la epidemia. Él regresó en secreto por Le Puy en Velay. Durante tres días, es un retiro espiritual: “Interrumpí mi misión para prepararme para morir.” Tiempo después contrajo pleuresía, al día siguiente de contagio se fue a la pequeña iglesia de La Louvesc y comienza su misión. Luego al sentirse decaído fallece.
Evangelio del día
San Marcos 4,26-34
En aquel tiempo, Jesús decía al gentío:
«El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Dijo también:
«¿Con qué compararemos el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra».
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- En este domingo día del Señor, Jesús presenta otra parábola del Reino de los cielos, una semilla que crece, es la fe que sin darse cuenta aumenta a medida que se esta en la presencia y búsqueda de Jesucristo, invitando a sus oyentes a redescubrir el valor de la fe, esta es un don gratuito, es un regalo, una gracia, que viene sembrada en la vida del hombre, quien la deja actuar llegará a producir muchos frutos. Dios, siempre actúa en lo simple y corriente para manifestar su gloria, se vale de las limitaciones de cualquier se humano para revelar los secretos del reino, a tal punto que lo hace su seguidor, Dios no es exigente, acepta el mínimo de lo que podamos tener en fe, comparándola, tan solo con una semilla de mostaza tan pequeña, tan insignificante, tan frágil pero llena de fuerza y voluntad para crecer, así es la fe que Jesucristo enseña a que cada persona tenga en su interior.
- Jesucristo sabe que quien tiene fe es capaz de mover montañas, es capaz de volver lo imposible posible, de transformar lo ordinario en extraordinario, todo el tiempo enseño a sus apóstoles a confiar y esperar, pero siempre instruyéndolos en una fe sólida que pueda mantenerse firme ante los desafíos que tendrán que enfrentar a lo largo de su misión. La fe permite no sólo vivir las enseñanzas de Jesucristo a través de los evangelios sino que es tan fuerte que motiva y estimula a otros a creer.
- La fe mantiene nuestra relación con Dios, nos indica el buen obrar, y nos llena de esperanza, sabiendo que lo que sembramos acá en la tierra, algún día no muy lejano dará muchos frutos. Cuando nos disponemos a trabajar por Jesucristo, nunca seremos defraudados sino recompensados, porque quien dispone su voluntad a seguir al Maestro cada sendero a su lado es ganancia. Nuestra misión debe basarse en llevar la fe en Jesús a todos, para que conociendo de él sepan agradarle con su obrar.
- Jesús manifiesta el gran amor que nos tiene, y nos pide tan solo muestras sencillas de nuestra fe en él, confiados en sus palabras podamos transformar esta sociedad, en seres humanos sensibles al llamado, y consientes de nuestro propósito acá en la tierra, pues somos viajeros destinados a fomentar el amor de Dios en los corazones de todos los hombres. Debemos ser portadores de buena semilla, que crecerá según la voluntad de nuestro Padre Dios. A demás debemos ser pacientes en el proceso de conversión de transformación, Dios obra en el silencio.
PRÁCTICA DIARIA
- Orar para que Dios nos aumente la fe, y llevar la palabra de Dios a los hogares para aumentar la fe en los demás y en mi.
- Que podamos abandonarnos en las manos del Señor como lo hizo San Juan Francisco Regis.