MARTES, tercera Semana de la Octava de Pascua (ciclo b) -16 abril, 2024

SANTO DEL DÍA

San Bernadette nació en Lourdes (Francia), hija de padres pobres. bautizada con el nombre de María Bernarda, pero todos la llamaban Bernardita, por su mala alimentación tuvo muy mala salud, y de la habitación húmeda en la que vivía, sufrió de la enfermedad del cólera, del asma padeciendo deficiencia respiratoria, a sus catorce años aun no había logrado leer y escribir, entonces se le dificultaba aprenderse el catecismo, rezaba mucho y tenia una hermosa cualidad no decir mentiras, un día se le aparece la santísima Virgen en una gruta y le dice que sufriría mucho, como unas dieciocho veces se le apareció, la Virgen le confió tres secretos, muchas personas del lugar no creían pero habían otras que le ofrecían dinero para escuchar sobre las apariciones, ella rechazaba esto, además le incomodaba atender a las visitas que le preguntaban lo mismo, muchos también se burlaban, Bernardita quería ingresar en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers, un día ya siendo admitida, sufrió un episodio de asma que casi se muere, pero se recuperó, en su comunidad hizo de enfermera y de sacristana, y después por nueve años estuvo sufriendo una muy dolorosa enfermedad, pero todo lo ofrecía al Señor por la conversión de los pecadores, Santa Bernardita estaba a merced de una superiora que le tenia antipatía, pero ella soportaba con amor cada sufrimiento incluyendo la persecución, con tal de ganar el cielo, su vida religiosa duro quince años, su vida fue un continuo sufrir, también había contraído Tuberculosis, antes de irse de religiosa ella fue a visitar la gruta, cuando llego a la comunidad le prohibieron hablar de las apariciones, antes de morir el obispo hace que escriba una carta, él se la llevo al Santo Padre que a su regresó le envió un crucifijo de plata y una bendición, un día ya debilitada por las enfermedades muere a sus treinta y cinco años.

Evangelio del día

San Juan 6,30-35

En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:
«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”».

Jesús les replicó:
«En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».

Entonces le dijeron:
«Señor, danos siempre de este pan».

Jesús les contestó:
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

Palabra del Señor

  • El relato de hoy que presenta el Evangelista san Juan habla de un alimento que da vida eterna, pero ya no se habla de un alimento físico sino espiritual, que nutre el interior de cada ser humano y es Jesucristo.
  • No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, es una necesidad que hay en el alma de cada ser humano, en pocas palabras es el deseo de Dios. La sed de verdad, por fe se cree que El padre alimenta, sacia, el vacío de cada ser humano cuando en su interior hay ausencia de Dios. La verdad es Jesucristo, él es la palabra hecha carne que se da en un pedazo de pan, en algo tan humilde Dios se manifiesta y se hace visible a muchos para su salvación.
  • Dios siempre provee en lo físico y en lo espiritual, solo debemos confiar, adquirir la virtud de la confianza que nos permite abandonarnos en Dios, dejar que nos nutra y nos lleva a la vida eterna, la fe nos permite caminar sin fatigarnos, sin desesperarnos, sabiendo que Jesús camina a nuestro lado, y no solo se nos muestra sino que quiere permanecer en cada uno de nosotros.
  • Es Jesucristo el Pan de vida, debemos creer que así lo es, que la eucaristía nos permite saborear su hermosa divinidad, que nos edifica, que nos hace verdaderas personas de Dios, que al recibirlo estamos creyendo en sus Palabras que son Espiritu y verdad, en ocasiones nos podemos sentir sin ánimos de vivir, sin sentido en esta vida, pero entonces Jesús se compara con el mana en el desierto dado a los israelitas, que saciaron toda necesidad, así mismo Jesús como pan de vida sacia y da sentido a todo, el ofrece una felicidad con sufrimiento pero en si una felicidad eterna, por eso hoy debemos reflexionar que al recibir la comunión es al mismo Jesús que queremos habite en nuestro interior.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Visitar el santísimo Sacramento y de poder asistir a la santa Misa que nos hace vivir de la comunión con Dios, y nos alimentamos para gozar de una vida eterna.
  • Santa Bernadette nos dice: “Mi trabajo es informar no convencer”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *