MARTES, Semana de la Octava de Pascua (ciclo b) -02 abril, 2024

SANTO DEL DÍA

San Francisco Nació en un pueblecito llamado Paula, en Italia, se retiró a la montaña, y ahí permaneció durante cinco años, rezando, meditando y alimentándose solamente de agua y de hierbas silvestres y durmiendo sobre el duro suelo, teniendo por almohada una piedra. Francisco tuvo que fundar varias casas para sus religiosos y, en todos sus conventos puso una consigna o ley que había que cumplir siempre. Decía así: “Cuaresma perpetua”. Esto quiere decir que en la alimentación se debían hacer las mortificaciones que antiguamente se hacían en cuaresma con el fin de fortificar la voluntad.

Miles de hombres decidieron abandonar la vida pecaminosa del mundo e irse a la Comunidad religiosa fundada por San Francisco de Paula, a los que pertenecían a su comunidad les colocó el nombre de “hermanos Mínimos”. El Divino Espíritu le concedió a San Francisco de Paula el don de hacer milagros, de hacer curaciones, y el don de profecía, recorrió ciudades y pueblos llevando los mensajes de Dios a las gentes. Y en aquellos tiempos (como ahora) había alcaldes, gobernadores, ministros y hasta jefes de Estado que abusaban de su poder y gastaban los dineros públicos para enriquecerse o para hacer gastos inútiles y conseguir lujos, en vez de socorrer a los necesitados. A ellos les iba recordando San Francisco que a cada uno le dirá Cristo en el día del juicio aquellas palabras que dijo en el Evangelio: “Dame cuenta de tu administración”. El santo logró convertir a Luis XI antes de su muerte. Este quedó tan agradecido que nombró a Francisco de Paula como director espiritual de su hijo, el futuro Carlos VIII, rey de Francia.

Evangelio del día

San Juan 20,11-18

En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.

Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».

Ella contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».

Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.

Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?».

Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».

Jesús le dice:
«¡María!».

Ella se vuelve y le dice.
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».

Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, ande, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».

María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».

Palabra del Señor

  • Los testimonios de las apariciones en la octava de Pascua nos ayudan a interiorizar la experiencia del Resucitado. María Magdalena fue un testigo afortunado de este acontecimiento. Ella acompaño a Jesús en su camino, estuvo al pie de la cruz, fue al sepulcro muy de mañana, y también se le aparece el Señor resucitado, el dolor y el amor la impulsan a buscar a Jesucristo.
  • Jesucristo da importancia a la mujer desde un principio y también lo hace al momento de resucitar, María Magdalena se convierte en misionera, pues con alegría va y anuncia a sus compañeros la gran noticia del Señor resucitado.
  • Compartir mi experiencia de Dios con los demás me hace merecedor de la vida eterna, invitar a los que están a mi alrededor para que vean las hazañas del Señor me convierte en evangelizador, en estos tiempos en que la necesidad de creer en Dios se hace fundamental para no perder el horizonte debemos estar en la búsqueda de los bienes de arriba, la sed de Dios debe ser permanente y necesaria en nuestras vidas.
  • Ser testigos del resucitado nos debe motivar a emprender una forma de vivir diferente, esta Pascua no solo nos debe hacer creer más en el amor a Dios, sino que nos vuelve más humanos , más conscientes de nuestra misión como bautizados.

  PRÁCTICA DIARIA

  • Hoy visitar un familiar y hablarle de Jesucristo que está vivo y está entre nosotros.
  • San Francisco de Paula nos enseña que todo debe ser por amor nada a la fuerza..

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