
SANTO DEL DÍA
FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Esta fiesta de la Presentación del Señor llamada por los griego Hypapante (encuentro) , son los cuarenta días que pasaron después de la Navidad para presentar al niño Jesús en el templo como cumplimiento de la ley mosaica, rito de purificación , esta fiesta ya se celebraba en Jerusalén en el siglo IV, y tenia como nombre fiesta de la Purificación de la Virgen María. El emperador Justiniano decretó el dos de febrero día festivo en todo el imperio de Oriente, y en Roma a mediados del siglo VII, en este día se bendicen cirios basados en las palabras de Simeón “Mis ojos han visto tu salvación, que has preparado ante la faz de todos los pueblos, luz para iluminar a las naciones”, y este signo se le atribuye el nombre de la candelaria que conocemos todos hasta el día de hoy.
Evangelio del día
San Lucas 2,22-40
Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.
Palabra del Señor
MEDITACIÓN
- La familia de Nazaret no pospone las leyes mosaicas, se acercan al templo y cumplen con la práctica de presentar a Jesús, de presentar la vida, la salvación, el Evangelista intenta recalcar que Jesús nace en el judaísmo y por tanto cumple como cualquier judío, luego se ven interrumpidos por un hombre que exclama palabras admirables para el niño, Simeón magnifica la presencia de Jesús ante sus ojos.
- El Espiritu Santo por medio de Simeón y de la profetiza Ana, manifiesta la obra salvadora de Jesús en la tierra, resaltando que para Dios no existe el tiempo para anunciar la Buena Nueva y pone en alerta el corazón de María para todos los acontecimientos que sucederán para redimir al pueblo de Israel, son María y José quienes garantizarán el crecimiento de un niño que disipará las tinieblas de muchos y traerá la paz de todos los corazones que ansían al Mesías.
- Hoy más que nunca la piedad se ha perdido, nuestras palabras ya no exclaman paz, bondad, ternura y amor de Dios, sólo pronuncian palabras fuera del fundamento espiritual que Dios nos ofrece, ya los ritos de la Iglesia y el cumplimiento de los sacramentos han pasado desapercibidos, nos da igual ir o no al encuentro con Dios.
- ¿Qué refleja mi vida en esta tierra, como ensalzo el nombre del Señor, soy portador (a) de su luz?, nos hemos acostumbrado tanto al pecado que nos ofrece el mundo, que ya empezamos a encajar y hemos olvidado quien realmente da vida, quien es la luz del mundo. Nuestro interior debe tener sed de Dios, debe buscarle, que bueno morir experimentando la salvación, que bueno dormir habiendo cumplido la voluntad de Dios, como familia cristiana católica debemos esmeramos por estar en contacto intimo con la palabra de Dios como lo hizo María y José, buscando el templo de Dios para iniciar nuestra vida cristiana desde nuestras primeras acciones, como Simeón debemos sumergirnos en el temor a Dios, en llevar su Buena Nueva de salvación con mi actuar, con mi pensar, y con mi hablar.
PRÁCTICA DIARIA
- Asistir a la fiesta de la Presentación del Señor o de la Candelaria, llevar un cirio y vivir esta celebración con el fin de que la luz que es Cristo permanezca en mi.
- La fiesta de la presentación del Señor me debe motivar a buscar a Jesucristo que es la luz que disipa toda tiniebla, y no sólo encontrarla sino ser portadores de la luz para que alcancemos juntos la vida eterna.