LUNES,decimoséptima semana del tiempo ordinario (ciclo a) -31 julio, 2023

Semilla de mostaza

SANTO DEL DÍA

SAN IGNACIO DE LOYOLA (1491-1556)

San Ignacio nació en España, en el Castillo de Loyola, al morir sus padres fue educado en la nobleza española, le inculcaron valores y principios, y un carácter sólido. Fue militar, y un día estando en la batalla lo hirieron en las dos piernas, fue trasladado a Loyola para sanarlo, pero perdió una de sus piernas. Estando en el castillo, incapacitado quería leer, pero sólo encontró dos libros Vida de Cristo y vida de los santos, que comenzó a estudiarlos sin mucho deseo, pero que cautivaría sin duda alguna su atención, pues leyendo quedo fascinado por la vida de aquellos santos, que lo motivaron a seguir los pasos de Jesús. Una noche tuvo un sueño con la Madre de Dios, vió que ella cargaba en sus brazos a Jesús y resplandecían ambos llenos de luz. San Ignacio se dió cuenta que debía entregarle su vida a Dios, que lo llenaba de luz, esperanza y tranquilidad, entonces decidió hacer oración y penitencia, saliendo de Loyola se dirigió a Jerusalén, luego vivió durante un año en una cueva, en su peregrinación llegó a tierra santa, en ese tiempo escribió un libro llamado ejercicios espirituales basado en los momentos difíciles en la fe que cruzaba para ese entonces, luego se dio cuenta que los estudios eran importante y se dedico a estudiar, fue un gran místico, durante sus predicaciones fue encarcelado pero dejado en libertad, pues consideraba tales hechos como pruebas , que supo sobrellevar. Tiempo después fue a Francia estudió durante siete largos años teología, su estadía en la universidad le sirvió para motivar en la fe a sus compañeros , que más adelante hicieron votos de castidad, vida apostólica, humildad, junto con él, más adelante cae enfermo, pero después de un tiempo se dirige con sus compañeros a Roma a ponerse al servicio del pontífice, se ordenan sacerdotes. fundó la compañía de Jesús (Jesuitas), que estaban destinados a catequizar a los fieles en la fe, colaboraron para contrarrestar los efectos de Martin Lutero, tiempo después, San Ignacio fundó colegios con un alto nivel académico, murió repentinamente.

Evangelio del día

San Mateo 13,31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros a anidar en sus ramas».

Les dijo otra parábola:
«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta para que todo fermenta».

Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».

Palabra del Señor

MEDITACIÓN

  • Hoy nuevamente Jesús presenta otra parábola del Reino de los cielos, invitando a sus oyentes a redescubrir el valor de la fe, esta es un don gratuito, es un regalo, una gracia, que viene sembrada en la vida del hombre, quien la deja actuar llegará a producir muchos frutos. Dios, siempre actúa en lo simple y corriente para manifestar su gloria, se vale de las limitaciones de cualquier se humano para revelar los secretos del reino, a tal punto que lo hace su seguidor, Dios no es exigente, acepta el mínimo de lo que podamos tener en fe, comparándola, tan solo con una semilla de mostaza tan pequeña, tan insignificante, tan frágil pero llena de fuerza y voluntad para crecer, así es la fe que Jesucristo enseña a que cada persona tenga en su interior.
  • Jesucristo sabe que quien tiene fe es capaz de mover montañas, es capaz de volver lo imposible posible, de transformar lo ordinario en extraordinario, todo el tiempo enseño a sus apóstoles a confiar y esperar, pero siempre instruyéndolos en una fe sólida que pueda mantenerse firme ante los desafíos que tendrán que enfrentar a lo largo de su misión. La fe permite no sólo vivir las enseñanzas de Jesucristo a través de los evangelios sino que es tan fuerte que motiva y estimula a otros a creer.
  • La fe mantiene nuestra relación con Dios, nos indica el buen obrar, y nos llena de esperanza, sabiendo que lo que sembramos acá en la tierra, algún día no muy lejano dará muchos frutos. Cuando nos disponemos a trabajar por Jesucristo, nunca seremos defraudados sino recompensados, porque quien dispone su voluntad a seguir al Maestro cada sendero a su lado es ganancia. Nuestra misión debe basarse en llevar la fe en Jesús a todos, para que conociendo de él sepan agradarle con su obrar.
  • Jesús manifiesta el gran amor que nos tiene, y nos pide tan solo muestras sencillas de nuestra fe en él, confiados en sus palabras podamos transformar esta sociedad, en seres humanos sensibles al llamado, y consientes de nuestro propósito acá en la tierra, pues somos viajeros destinados a fomentar el amor de Dios en los corazones de todos los hombres. Debemos ser portadores de buena semilla, que crecerá según la voluntad de nuestro Padre Dios.

PRÁCTICA DIARIA

  • Dialogar con una persona que no profese la fe en Jesús y motivarla con mi testimonio de vida a seguir a Cristo.
  • San Ignacio de Loyola me invita a difundir la fe, defenderla y practicarla, llevando a otros a la magnifica experiencia del amor de Dios.

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