DOMINGO, décima semana del tiempo ordinario (ciclo a) -11 junio, 2023

SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y SANGRE DE CRISTO (Siglo 13)

La solemnidad del cuerpo y la sangre de Cristo o Corpus Christi se lleva a cabo el domingo posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, los muchos milagros atribuidos a la Eucaristía dio paso para que se celebrara una fiesta en su honor; quien patrocino esta celebración fue Santa Juliana de  Mont Cornillon con la ayuda del Papa Urbano IV que en ese entonces siendo Obispo de Lejía propicio la devoción y adoración al santísimo sacramento el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad. Finalmente años más tarde en el concilio de Trento se introdujo en la iglesia como solemnidad para devoción de todos los cristianos católicos.

En el sacramento de la Eucaristía podemos contemplar como Cristo Señor se hace real en las esencias del pan y del vino consagrado, presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad. En la Eucaristía encontramos el alimento que nos reconforta para seguir este camino, recordando que si dejamos que el mismo Jesucristo haga morada en nosotros será más llevadera la vida por este mundo tan atribulado.

Evangelio del día

San Juan 6,51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».
Disputaban los judíos entre sí:
«Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre»

Palabra del Señor

MEDITACIÓN

  • En este pasaje bíblico Jesús quiere darles a conocer a los judíos un misterio extraordinario de su misma persona dada como alimento verdadero para la humanidad, pero la incredulidad les impide comprender lo que él realmente quiere revelarles.
  • Para los hebreos sangre y carne es la totalidad del ser, de ahí que Jesús se vale de esta expresión para dar a entender la intimidad que quiere tener con nosotros; escuchar a Jesucristo decir que deben comer su carne y su sangre es un escándalo, no es que Cristo quisiera incitarlos a una práctica fuera de la religión sino que era una manera eficaz de explicar que él era el alimento necesario para su crecimiento espiritual, es él quien sacia cualquier hambre de Dios, es él quien nos nutre.
  • Sabemos que en todo hogar el pan es importante, es un  término que abarca un significado amplio del alimento en general, sin él nuestro cuerpo no podrá subsistir es por eso que Jesús toma este ejemplo para referirse que quien come de él que es el pan vivo no tendrá nunca hambre, él se hace ese pan vivo y definitivo que alimenta no por un tiempo sino que nos saciará por toda la eternidad.
  • Jesucristo nos invita a ser uno con él por medio de la sagrada Eucaristía, nos hace participes de un banquete que se da a todo aquel que quiera aceptarlo en su interior que quiera que él haga morada en su ser.
  • Es el cuerpo y la sangre del mismo Jesús contemplado en las esencias del pan y del vino consagrado, un milagro de amor infinito, que se da a todos sin distinción para que dejando que habite en nuestra vida podamos cada día hacer de nuestro corazón un sagrario limpio, agradable aquel que nos ama y quiere vivir estrechamente con nosotros.

PRÁCTICA DIARIA

  • Asistir a la santa Misa todos los días para  alimentarnos de Jesús, no como práctica rutinaria sino como necesidad espiritual para estar en comunión íntima con él, estar en gracia  para beber y comer su cuerpo y su sangre sin ningún impedimento.
  • Acrecentar mi devoción al santísimo sacramento, realizando visitas frecuentes en especial el jueves  donde se conmemora la institución de la sagrada Eucaristía.

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